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El diputado provincial Julián Maneiro analizó el 2021 “desde lo partidario ha sido un año de enorme crecimiento”. Expectativas por el crecimiento político de Juntos por el Cambio y preocupación por una provincia “con problemas estructurales sin solución”

 

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Diciembre siempre es un mes de balances, en lo personal, familiar y laboral. Lo hecho, lo que faltó, lo bueno, lo no tan bueno. Y es además el momento para empezar a diagramar el próximo año, siempre con las expectativas puestas en que todo sea mejor que en el que se va.

La política no está exenta. En ese sentido, en la parte legislativa, alguien que se mostró activo todo el 2021 fue el diputado Julián Maneiro, que apostó a mostrar un trabajo que, lejos de los escritorios, tuvo como principal virtud la territorialidad, el contacto mano a mano con vecinos y funcionarios, pasando por las grandes ciudades y los pequeños y muchas veces olvidados pequeños poblados.

 

¿En líneas generales, qué balance hace del año político y legislativo en lo personal y partidario?

El balance es muy positivo. Hemos trabajado muy bien en el orden provincial. Desde lo partidario ha sido enorme el crecimiento: a principio de año largamos un nuevo agrupamiento provincial en el radicalismo, que fue creciendo paulatinamente tanto para adentro como para fuera con los socios de Juntos por el Cambio. Con Darío Schneider y Pedro Galimberti recorrimos la provincia primero con la propuesta y después con la elección PASO, en la cual obtuvimos el 32% de los votos. Después vinieron las elecciones generales, donde Juntos por el Cambio obtuvo un triunfo abrumador y eso nos posiciona claramente para ganar en 2023.

Y en lo legislativo, sí me queda un sabor a poco ya que el oficialismo no trata en general los proyectos de la oposición, fundamentalmente los que hacen a los temas centrales de la provincia como caminos, escuelas, etc. La agenda legislativa estuvo muy marcada por los temas de género y temas que habilita el Ejecutivo. La verdad, esperaba más. Ojalá el año que viene podamos avanzar en otros temas.

 

¿Las principales problemáticas son las mismas en las grandes ciudades que en los pequeños poblados? ¿Qué le plantea la gente en las recorridas que vas haciendo a lo largo del año?

En algunos temas se parecen y en otros no tanto. Por ejemplo, en las más grandes el tema de la inseguridad y el narcotráfico es una problemática muy fuerte. La pobreza por supuesto, pero principalmente la falta de trabajo y de oportunidades. Creo que Entre Ríos no se merece este presente, no podemos figurar en los medios nacionales por tener la ciudad más pobre del país. Y esto es responsabilidad directa de quienes vienen gobernando hace casi 20 años. Los pueblos del interior necesitan que la provincia coordine con ellos una estrategia de desarrollo, crecimiento, con lo que tenemos y con los que producen. La dirigencia de nuestra provincia no habla con nuestra gente, con la que trabaja y que no pide mucho: necesitan reglas claras, que los dejen trabajar y si es posible que le bajen los impuestos o al menos que no aumenten. Nadie va a venir de afuera a ayudarnos si no nos ayudamos entre nosotros, ¿quién quiere invertir en una provincia desarticulada? que no conecta entre sí y mucho menos con el exterior. Tenemos los mismos problemas estructurales de hace 30 o 40 años, con los caminos y rutas por ejemplo.

 

¿Cómo evalúa el año para la Argentina y Entre Ríos en lo social, político, económico y sanitario?

Fue un año muy duro. Quizás un poco mejor que el anterior pero igualmente complicado en todos los aspectos. La pandemia y sus consecuencias sociales y económicas han pegado fuerte y lo va a seguir haciendo hasta que el mundo encuentre un nuevo equilibrio. Mi sensación es que el mundo completo se ha tambaleado. Y en nuestro país, a nuestros problemas propios, le sumamos la crisis sanitaria. Igualmente soy optimista, siempre he sido optimista aun cuando parezca ilusorio serlo porque creo en la capacidad de nuestra gente de reinventarse y salir adelante. Pero creo que es necesario un nuevo tiempo, un tiempo de que cuidemos lo que tenemos, de valorarlo, y de tomar conciencia de que lo más importante de todo son las personas, los argentinos. Y lo mismo para Entre Ríos. Creo que tenemos que empezar pensar realmente en el otro, en el que sufre y necesita pero no para darle planes de ayuda sino para que encuentre un nuevo camino, un nuevo comienzo y salir adelante. La crisis que vivimos tiene que servir para eso, para entender cuáles son las cosas primordiales, y desde ése lugar volver a empezar.

 

¿Cuál es el mensaje para los entrerrianos desde la función que hoy cumple?

Mi mensaje es un mensaje de esperanza, de seguir creyendo que el futuro tiene que ser mejor. Porque es lo que nos hace seguir adelante a pesar de las dificultades y los sufrimientos. Y puede sonar más como algo ideal que real, pero vivimos de sueños, de metas para alcanzar, para ver crecer felices a nuestros hijos. Y para eso necesitamos creer en el futuro, en nosotros y en nuestro país. Me niego a pensar que mis hijos cuando crezcan se vayan del país. Quiero trabajo, desarrollo y felicidad para todos, pero tenemos que hacerlo nosotros, los argentinos y sigo creyendo que si nos proponemos hacerlo, lo podemos alcanzar.

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