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La próxima campaña será más trabada e incierta de los últimos 12 años, por lo menos en sus comienzos, ya que los efectos de la sequía influirán seguramente en la época de siembra, atendiendo a las proyecciones de pocas precipitaciones hasta por lo menos mediados de diciembre.

 

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En este marco, desde la Bolsa de Comercio de Rosario informaron que hay ya un retaso en la siembra del 45% respecto a la anterior campaña, por lo que se espera una drástica caída en la inversión en soja como consecuencia de este contexto desfavorable para la siembra.

“Muchos productores optaran por una estricta economía de guerra”, alertan y precisan: “Se sembraron algunos lotes pero solo tienen la humedad para poder germinar, teniendo esperanzas de nuevas lluvias en la primer quincena del mes de noviembre”.

Los consultores agroclimáticos José Luis Aiello y Alfredo Elorriaga, coinciden en que para la primera década de noviembre los pronósticos no son alentadores: “La presencia de un importante centro de alta presión que se ubicará sobre la porción central del país inhibirá la formación de nubosidad alejando la posibilidad de precipitaciones durante la primera semana del mes”. Y también es difícil que se den en la semana siguiente las tan ansiadas lluvias importantes que le den un vuelco a esta situación.

En los lugares más castigados por la falta de agua, por la gran preocupación que hay se está replanteando la estrategia productiva, o sea el nivel tecnológico que se aplicará este año en la oleaginosa.

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