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En un fallo histórico contra el bullying escolar, la Justicia de Corrientes ordenó a tres adolescentes abstenerse de agredir física y verbalmente a un compañero y dispuso, además, tratamiento psicológico para todos los involucrados.

Un juez de Paz de Corrientes solicitó que se abstengan de “intimidar, excluir y marginar” a un estudiante. Además, pidió que todos los involucrados accedan a un tratamiento psicológico

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La medida cautelar fue dispuesta por el juez de Paz de la ciudad de Paso de la Patria Hugo Alejandro Sánchez Martínez, quien dispuso que “dejen de intimidar, excluir y marginar a un compañero por cualquier medio y en todo lugar”, según comunicó el Poder Judicial de la provincia.

El caso llegó al juzgado cuando la madre de la víctima realizó la denuncia al notar a su hijo “alterado y angustiado, con ataques de ansiedad por el constante acoso que sufre hace años por parte de estos tres alumnos”.

En la entrevista psicológica, que se incluyó en el expediente judicial, el adolescente manifestó sufrir molestias permanentes y agresiones dentro y fuera del colegio por parte de esos tres compañeros.

Explicó que, de manera constante, se burlan de él y uno de ellos lo golpea en la nuca, no solamente dentro del colegio sino afuera y cuando asiste a educación física”, consignó el expediente. El alumno víctima del acoso escolar expresó estar “cansado” de que lo “agredan de manera gratuita”.

“No les hago nada, siempre les digo que me dejen de molestar, pero no entienden. Yo me contengo, le di aviso a la preceptora y a una docente que intervinieron, pero aun así me siguen molestando”, relató el adolescente en la causa, según la información difundida por el Poder Judicial de Corrientes.

El bullying abarca todas las formas de acoso físico, verbal o social que los estudiantes (niños, niñas o adolescentes) cometen hacia uno o varios compañeros. Puede ser llevado a cabo por parte de una persona o por un conjunto de ellas, y de manera intencionada y reiterada.

El juez Sánchez Martínez explicó que el joven agredido sufría “molestias, burlas, que son comunes en el ámbito escolar”. En el caso particular del chico denunciante “venía con algunos problemas, soportando algunos sobrenombres o chistes o inconvenientes con sus pares”. Los agresores, dijo a TN, lo molestaban y esas situaciones “causaron un hostigamiento al alumno”. Aclaro que “no hubo agresiones físicas, pero sí insultos, ninguneo, agresión verbal y señas”.

El magistrado también ordenó un tratamiento psicológico tanto para los denunciados como para la víctima y libró un oficio al colegio secundario para que coordine con la Dirección de Servicios Educativos de Prevención y Apoyo (DISEPA) un tratamiento preventivo.

“Como parte de las medidas se dio intervención a la Dirección de Protección de la Niñez y Adolescencia de la provincia de Corrientes y las actuaciones fueron enviadas al juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia en turno”, detalló el informe judicial.

El magistrado explicó, además, que la Justicia de Paz tiene una “competencia especial que le permite abordar cuestiones de menores de edad en cuestiones urgentes. Podemos librar medidas de protección”, precisó, por lo que, tras escuchar tanto a la madre del chico agredido, como a la propia víctima y a las autoridades del colegio, dispuso “el cese de todo tipo de insultos, de molestias, sea físicas, verbales o por el uso de redes sociales o vía mensajes de texto, para poner coto a esta situación y que se trate en el ámbito escolar y las instituciones que colaboran con la escuela”.

El juez destacó que, si el hostigamiento se repite, tiene facultades para imponer una “medida más fuerte para todos los involucrados porque debe ser solucionado en el ámbito escolar” y sugirió que un eventual endurecimiento de la orden judicial incluirá al colegio ya que, insistió, mantuvo reuniones con los directivos del establecimiento “para que puedan trabajar la situación”.

Consultado por Infobae sobre los límites difusos entre el chiste o la burla y el acoso escolar, el escritor, investigador y psicopedagogo institucional, Alejandro Castro Santander, señaló: “El límite es el daño que puede producir algo que el autor considera divertido pero el destinatario sufre como un insulto. Siente vergüenza si es en público y finalmente daña su autoestima. Reiterado es acoso verbal y lo encontramos desde los primeros años del nivel primario”.

Castro Santander es director del Observatorio de la Convivencia Escolar (Universidad Católica de Cuyo) y fundador de la Alianza Anti bullying Argentina (AAB), una coalición de organizaciones con el objetivo de trazar metas de trabajo para la prevención de la violencia en las escuelas. Desde sus largos años de experiencia señaló que según las investigaciones más recientes “casi un 40% de los estudiantes que sufren de violencia en la escuela no lo comunican”. (Infobae)

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