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Tras los cuatro allanamientos en localidades entrerrianas por una estafa piramidal, desde Fiscalía sostienen que “el grupo de Tala y Maciá estaba conectado con otras compañías de inversión virtual, de otros lugares del país”.

Cuatro personas de Maciá, Rosario del Tala y Gobernador Echagüe son investigadas en ámbitos policiales y judiciales por una estafa piramidal al estilo Generación Zoe. El caso se conoció hace poco más de un mes, cuando hubo cuatro allanamientos simultáneos en los que se secuestró dinero en efectivo (pesos y dólares), celulares, computadoras y cuadernos con anotaciones, entre otros elementos.

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Los investigadores calculan un perjuicio de 20.000 dólares en total, dinero ahorrado por varios «inversores» que decidieron confiar en la compañía Intense Live, a través de la pata local denominada Ignacio Inversiones. «Empezamos con esto en octubre de 2021, con una denuncia que hizo una persona de Rosario del Tala, que integró uno de los famosos grupos de inversión», comunicó el fiscal a cargo de la causa, Federico Uriburu.

Los aportantes, en general, ciudadanos con una pequeña capacidad de ahorro, confiaron su dinero a una de las cuatro personas denunciadas. Se hicieron reuniones para difundir la conveniencia de invertir en la empresa, con ganancias exorbitantes.

Incluso en Rosario del Tala hubo un local comercial, a donde los ahorristas llevaban su dinero. Desde el celular de los denunciados, se les generó a los inversores un usuario y una clave para una billetera virtual, donde los ahorristas pudieron ver su aporte y las supuestas ganancias que generaba. Además, se incitó a los aportantes para que inviten amigos y conocidos para que confíen sus ahorros.

Investigadores de la División Delitos Económicos de la Policía de Entre Ríos, estiman que las personas denunciadas podían alterar al sistema virtual, es decir la billetera de cada inversor, mostrando datos que no se correspondían con la realidad. Además, indicaron que con los nuevos aportes, los denunciados fueron reponiendo supuestas ganancias a los que llevaban más tiempo dentro del sistema.

Los problemas comenzaron a surgir luego del cierre del local comercial, un espacio que no figuraba en ningún registro comercial ni impositivo, según acreditó la Municipalidad de Rosario del Tala. El informe policial indicó que ya en 2021, ese mismo sistema de inversiones era investigado judicialmente en otras jurisdicciones del país, pero los ahorristas de Maciá y Tala no lo sabían. Pese a eso, las cuatro personas investigadas, todos varones, siguieron con las maniobras e informaron en grupos de WhatsApp que el sistema virtual estaba en restructuración, por lo cual no podían pagar supuestas ganancias momentáneamente. Pidieron algunas semanas para solucionar los problemas, pero esa instancia prometida nunca llegó.

“Esto explotó ahora, pero viene de hace unos tres años atrás, la organización”, contó Uriburu. “Estamos investigando, pero, en principio, creemos que el grupo de Tala y Maciá estaba conectado con otras compañías de inversión virtual, de otros lugares del país”, agregó.

En referencia a las maniobras, el fiscal aseguró que cada inversor debía llevar a otros dos inversores. “Así se va armando el círculo, construyendo la pirámide. El dinero, en principio fue restituido en tiempo y forma. Hubo gente que ganó. Pero quienes denunciaron, lo hicieron porque no les pagaron. El sistema empezó a colapsar cuando se hizo una especia de cuello de botella y varios reclamaron casi en simultáneo, ahí colapsó porque el sistema de autoabastece hasta que deja de haber capacidad de respuesta”, describió. «Es un sistema viejo, viene de 1920 y es infalible siempre y cuando los inversores no reclamen juntos su inversión», acotó.

Allanamientos

A mediados de mayo hubo cuatro allanamientos: dos en Rosario del Tala, uno en Maciá y otro en Gobernador Echagüe.

“Las personas fueron identificadas y quedaron supeditadas a la investigación a lo que resulte de las pericias sobre elementos informáticos secuestrados. Estamos esperando esos resultados”, informó Uriburu.

En los domicilios particulares secuestraron computadoras tipo notebooks, CPU, celulares, anotadores, talonarios de recibos, escopetas, documentos, tablets, y un pen drive, 316.000 pesos y 3.600 dólares en efectivo, entre otros elementos.

«Las denuncias se hicieron casi en simultáneo, primero hubo dos personas que se acercaron a contar lo que les pasó y luego aparecieron otras que formalizaron otra presentación. Pero después que se conociera el caso, nadie más denunció», aclaró.

«Le dimos intervención a Delitos Económicos que hizo una investigación y vio que después del cierre del local en Tala, cuatro personas seguían vinculadas al negocio, es decir los que eran los socios iniciales«, añadió el fiscal.

Precisó que los ahorristas denunciantes son «personas trabajadoras, con una pequeña capacidad de ahorro. Los montos defraudados no son grandes fortunas. En un caso hubo una estafa por unos 4.000 dólares, que es la más significativa. Pero no hablamos de millones de dólares al nivel de Generación Zoe y Leonardo Cositorto. Pese a todo, que les saquen los ahorros a las personas, para los damnificados es todo«, valoró.

Al tiempo que le dieron intervención a la división policial, se pidieron los allanamientos. «Estamos esperando qué surge de esos análisis. Eso va a establecer los distintos niveles de responsabilidad de los denunciados», señaló el fiscal.

Sobre el dinero secuestrado, Uriburu dijo que «los dólares estaban mayormente en Maciá». «Los pesos estaban en las otras casas. En Maciá hay una concesionaria que es de familiares de uno de los allanados y argumentan que el dinero es de la empresa familiar», contó.

Esquema Ponzi

El fiscal a cargo de la causa entiende que en este caso se aplicó lo que se conoce como «esquema Ponzi». Se trata de una forma de estafa que atrae a los inversores y paga utilidades a los inversores anteriores con fondos de inversores más recientes. El esquema lleva a las víctimas a creer que las ganancias provienen de actividades comerciales legítimas (por ejemplo, ventas de productos y/o inversiones exitosas), y desconocen que otros inversores son la fuente de los fondos.

Se trata de un sistema que puede mantener la ilusión de un negocio sustentable, siempre que los nuevos inversores contribuyan con nuevos fondos, y siempre que la mayoría de los inversores no exijan el reembolso total y sigan creyendo en los activos inexistentes que supuestamente poseen. (Uno)

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