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La producción de miel cayó a un 20% por falta de floración

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La apicultura es una de las actividades incluidas en la declaración de emergencia que emitió el gobierno por la sequía. Habrá menos miel para exportar.

 

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En base a los volúmenes de producción, en los dos últimos años Entre Ríos logró posicionarse como la segunda provincia productora de miel, después de Buenos Aires. Esto evidencia la importancia de una actividad que se fue expandiendo gracias a una rentabilidad favorable para el sector.

No obstante, hoy la sequía tiene en vilo a la apicultura y fue incluida, junto a otros rubros, en la declaración de estado de emergencia o desastre agropecuario emitido por el gobierno provincial desde el 1° de diciembre hasta el 30 de junio.

La cantidad de miel que se viene cosechando se redujo considerablemente bajo el efecto de La Niña y cayó a un 20%, comparado con el 2022. Así lo confirmó a UNO Gustavo López, vocal de Federación de Cooperativas Apícolas de Entre Ríos (Fecaer) –quien se dedica a esta actividad hace más de 45 años en la zona de Maciá–, quien explicó que si bien “la humedad y las altas temperaturas favorecen a la actividad, porque con el calor más produce la abeja”, la falta de floración, debido a la gran sequía, está impactando fuertemente a la provincia en general.

Al respecto, el productor señaló: “Es muy variada la floración en la provincia, pero con estas condiciones se ha ido cortando. Solo ha habido algunas alfalfas y lotus que han aguantado bien. El cardo también, por lo menos en nuestra zona lo estuvo trabajando bien la abeja. Pero otras floraciones no y se ve cómo día a día se van secando las flores”.

En este marco, alertó: “El impacto de esto en la producción va a ser muy fuerte, porque hay muchos menos kilos de miel, comparado con la campaña anterior. Ahora no tenemos ni el 20% de la miel que habíamos sacado el año pasado para esta fecha. Y ya se nos está pasando la temporada en nuestra zona y es difícil que se vaya a recuperar: solo quedan los lotus, los tréboles, una pradera y la chilca. Y en algunos lugares queda el eucaliptus”.

Ciclos más cortos

“Nosotros estamos complicados ante las altas temperaturas, pero podemos trabajar igual. Lo que nos afecta es esto de la falta de floración, ya que al no haber lluvia los ciclos fueron más cortos: se acortan los ciclos porque al estar tan fuerte el sol y no haber humedad, se van secando las flores”, insistió el productor, y precisó: “Se ven muy afectadas por el calor y la sequía. Todo diciembre y en lo que va de enero, que va a seguir el calor intenso, las floraciones duran mucho menos”.

Sobre este punto, aclaró: “Si bien la flor siempre produce néctar, ante temperaturas tan altas, falta de humedad y demás, se evapora enseguida. Entonces, cuando la abeja sale a volar junta lo que hay”.

Por otra parte, sobre las precipitaciones del viernes en la región opinó: “Esta lluvia de ahora llegó un poco tarde, a mitad de camino, y hay muchas cosas que se perdieron. Puede ser que ayude un poco para lo que viene”.

Medidas ante la sequía

Para que la colmena mantenga en verano una temperatura adecuada y condiciones óptimas para la vida de las abejas y la producción, deben contar con agua cerca, proveniente de algún arroyo o tajamar en la zona. Y esto se está viendo afectado también por la sequía, por lo que los propietarios de las colmenas tienen que proveer el recurso.

Acerca de esta situación, el productor y vocal de Fecaer comentó: “Las abejas tienen siempre 36° dentro de la colmena. Si afuera llega a haber mayor temperatura, como en estos días que llegó a 40° o 41°, se defienden bien siempre que tengan humedad o agua para poder ventilar. Si llega a los 45°, como el año pasado, la cera se derrite”.

Asimismo, indicó: “La colmena en realidad se adapta a los fríos o el calor siempre tenga buena ventilación, por eso están un poquito levantadas del piso, en lugares con pastos cortos, cosa que el aire circule, sea caliente o fresco. Para eso, ellas lo mueven con sus alas, se quedan a hacer esa tarea. No van a trabajar, pero de este modo pueden superar los efectos de las altas temperaturas, con ventilación, humedad y algo de sombra”.

“Las abejas aprovechan lo natural y lo que está a su alcance, pero hoy casi todos los arroyos y los tajamares se han ido secando, y uno le puede llevar tambores o bidones con un goteo constante y ellas van tomando lo que necesitan”, concluyó. (Fuente: Vanesa Erbes de UNO Entre Ríos)

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