La medida del BCRA ha generado preocupación en el sector avícola entrerriano ante la posibilidad de que la apertura indiscriminada ponga en riesgo miles de puestos de trabajo y afecte la sustentabilidad de la industria local.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció el pasado 14 de marzo la emisión de la Comunicación “A” 7980, marcando un hito en la política económica del país. Esta comunicación establece modificaciones significativas en los plazos de pago de las importaciones, especialmente para productos esenciales que integran la canasta básica de consumo.
Según lo dispuesto en esta comunicación, las importaciones de alimentos, bebidas, productos de limpieza y cuidado e higiene personal tendrán acceso a las divisas necesarias para concretar las operaciones en un plazo de 30 días. Esto marca un cambio radical, ya que anteriormente se operaba bajo un esquema de pago en cuatro cuotas distribuidas en plazos de 30, 60, 90 y 120 días. Además, se suspendió por un lapso de 120 días el cobro de la percepción de IVA adicional e impuesto a las Ganancias a las importaciones de alimentos básicos comprendidos en esta medida.
La decisión del BCRA busca mejorar la competencia y contener la inflación en estos rubros esenciales para los consumidores argentinos. Sin embargo, las repercusiones de esta medida han generado preocupación en varios sectores económicos, especialmente en la industria avícola de la provincia de Entre Ríos.
El presidente del bloque peronista, Martín Oliva, destacó la importancia de la avicultura en Entre Ríos, afirmando que es una de las principales actividades económicas de la región. Con más de 22.000 puestos de trabajo directos y un significativo aporte a las exportaciones argentinas de carne aviar, el sector avícola es vital para la economía provincial.
“Entre Ríos se posiciona como líder en la producción de pollos y huevos a nivel nacional, faenando más de la mitad de la participación nacional y exportando a más de 60 países. Este éxito se atribuye en parte a la infraestructura desarrollada en la provincia, con frigoríficos y plantas avícolas distribuidas estratégicamente”, indicó.
Sin embargo, la medida del BCRA ha generado preocupación en el sector avícola entrerriano. Martín Oliva expresó su inquietud ante la posibilidad de que la apertura indiscriminada de importaciones ponga en riesgo miles de puestos de trabajo y afecte la sustentabilidad de la industria local. Recuerda los impactos negativos que tuvo la importación de pollo brasileño a finales de los años ’90, y advierte sobre los riesgos de repetir esa historia.
El senador también señaló el impacto que esta medida podría tener en los pequeños productores avícolas, quienes podrían ser los más perjudicados ante una posible caída en la producción y el cierre de granjas. La industria avícola en Entre Ríos opera bajo un sistema de integración vertical, involucrando a miles de productores en diversos eslabones de la cadena productiva. “Consideramos que las medidas adoptadas por el gobierno nacional amenazan el presente y el futuro de las familias de nuestras comunidades rurales y urbanas. No podemos permitir un retroceso que destruya puestos de trabajo y años de crecimiento sostenido, que ha puesto a nuestra provincia a la vanguardia de esta industria que genera rendimientos económicos, se vincula con la ciencia y tecnología desde nuestro territorio, y en las que nuestra producción tiene altos estándares que protegen la salud de nuestra población frente a productos importados que no tienen este punto como central”, mencionó.
Si bien la medida del BCRA busca mejorar la competitividad y controlar la inflación, es importante considerar sus efectos sobre sectores clave de la economía provincial, como la avicultura. La protección de la producción nacional y el mantenimiento de empleos deben ser prioridades en la implementación de políticas económicas, especialmente en un contexto de incertidumbre global y desafíos internos.