Seguimiento en tiempo real de maquinaria que opera en campo, plataformas de gestión de datos que permiten hacer el monitoreo de los cultivos, la identificación de zonas de diferente productividad o dinámica de las malezas, enfermedades o plagas.
Son algunas de las herramientas que asisten y resuelven problemáticas para quienes se dedican a las actividades agropecuarias. De hecho, un relevamiento oficial demostró que el 92 % de los consultados usa aplicaciones y plataformas en alguna etapa de la producción. Los resultados de este trabajo serán presentados en AgroActiva 2022.
“Son herramientas desarrolladas para que el técnico o productor-asesor pueda cargar datos, transformarlos en información y analizar al instante, facilitando de esa manera la respuesta a diferentes problemáticas o decisiones que deba tomar”, explicó Fernando Scaramuzza, especialista y coordinador del proyecto de Agricultura de Precisión y Mecanización Agrícola del INTA.
Con el objetivo de conocer qué tipos y cuáles herramientas tecnológicas se están implementado en el campo, desde 2020 el equipo de Agricultura de Precisión del INTA, realiza cada dos años una encuesta a escala nacional. Los resultados se presentaron en el segundo Congreso Latinoamericano de Agricultura de Precisión y esta semana serán analizados en AgroActiva.
La mayor parte de los encuestados pertenecen a la Región Pampeana. “Con los datos generados hacemos un diagnóstico sobre las necesidades y demandas de los usuarios y, de esta forma, contribuimos para que se avance en mejorar las tecnologías existentes e innovar en aquellas que aún no están presentes y que pueden dar una respuesta sobresaliente”, expresó Scaramuzza quien destacó que la combinación de smartphones con la geolocalización y el análisis y la interpretación de diferentes tipos de datos hacen que el trabajo remoto sea una realidad en el campo.
Los resultados arrojan que el 92 % de los consultados usan aplicaciones y plataformas en alguna etapa de la producción. Además, con respecto a la conectividad, el 70 % declaró tener conexión a internet de buena a regular.
Las herramientas digitales más usadas están relacionadas con consultas sobre condiciones climáticas, gestión de labores (como siembra, fertilización, pulverización, cosecha), comercialización y logística.
Según el mapeo a escala nacional, existe un gran número de aplicaciones y plataformas disponibles para el productor o asesor, que, en su mayoría permiten realizar las labores de modo más eficientes, detectar problemas de manera anticipada, aprovechar la tecnología que dispone la maquinaria, ahorrar insumos y, en consecuencia, trabajar en un entorno ambiental más sustentable, mejorando los márgenes brutos de las actividades desarrolladas.
Quienes más incluyen tecnología para monitoreo de hectáreas en tiempo real, el control y el seguimiento de las labores son productores de más de 1500 hectáreas. Estos usan frecuentemente sus dispositivos móviles para gestionar la información generada a partir de distintas fuentes.
Con el cruzamiento de datos obtenidos a partir de imágenes satelitales, estaciones meteorológicas, registros de siembra, cosecha, pulverización, telemetría de la maquinaria, comercialización y otras variables cargadas, es posible gestionar una gran base de datos cuyo propósito es facilitar la tomar decisiones más adecuada.
“Un dato que destacamos fue el bajo grado de adopción por parte de los operarios de estas tecnologías, por lo que sería necesario capacitar y propiciar el uso de las herramientas, a quienes están a diario en contacto con el sistema productivo”, resaltó Scaramuzza quien lidera el equipo integrado por Diego Villarroel, Sebastián Muñoz, Silvia Olivo, Mauro Bianco Gaido y Lucas Cuevas.
Asimismo, la mayoría de los encuestados, manifestaron la necesidad de contar con integración de Apps y plataformas, sincronización automática en la carga de datos, predicción en la detección de anomalías, trazabilidad en la producción agropecuaria, entre otras necesidades.
“Este diagnóstico resulta un disparador significativo, para plantear estrategias de integración territorial, desarrollo productivo, arraigo y ampliación de oportunidades, en particular para las economías regionales ya que permite dar valor agregado a los productos”, puntualizó el coordinador.