Productores de la zona de Tandil crearon un modelo de escala, tecnológico y que, por su apuesta tecnológica y sustentable, se convirtió en un negocio atractivo para jóvenes gustosos del sector agropecuario.
Gonzalo Saez Rosas, de la Regional Aapresid Tandilia, junto a otros socios y productores de la asociación, integran la empresa “Uniporc”, dedica a la producción porcina. Ellos empezaron un recorrido de asociativismo productivo hace 15 años, en el año 2007.
Entonces, dos productores porcinos se unieron con una empresa productora de salamines de Tandil para la instalación de un criadero de cerdos de ciclo completo, con madres y engorde.
Años más tarde, con la mirada puesta en el crecimiento a mayor escala, lanzaron un modelo asociativo en el cual los productores zonales se pueden asociar con el criadero beneficiándose de la materia prima, los lechones, y distribuyendo las ganancias.
De acuerdo a lo que explica Saez Rosas, los asociados a este proyecto crearon un modelo de capitalización, ya que el 50% de los kilos ganados va para el productor y el otro 50% para el criadero.
Del Lechón al Capón
En este esquema, los productores reciben los lechones, los engordan en sus campos aprovechando el maíz y la soja de sus propias producciones, llevándolos de 9 a 120-130 kilos.
De esta forma, la asociación radica en que el criadero entrega los lechones con toda su genética, con la alimentación inicial a base de núcleos, y el conocimiento en el manejo reproductivo.
Ambiente y Tecnología
Con parte del modelo, otra de las ventajas es el aprovechamiento de los efluentes es un plus adicional para la nutrición de los cultivos. Con el manejo de los residuos, el productor menciona que han logrado reemplazar cerca del 40% del nitrógeno y el 60% del fósforo requeridos.
En otro orden, el tandilense cita que la producción porcina asociada es un modelo de alta demanda de mano de obra joven y capacitada. Cada vez más se unen personas con un perfil proactivo, joven, y curioso por las últimas innovaciones Agtech.
El ambiente de los cerdos dentro de los galpones ha alcanzado un nivel de tecnificación y automatización tal que requiere de trabajadores de rápida adaptación a la tecnología e interpretación de los sistemas operativos.