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Los probióticos son microorganismos vivos que aportan mucho a la salud. La nutricionista Elvia Marcó contó que una comida rica en probióticos es el chuchut, explicó cómo prepararlo y sus beneficios en el organismo.

La licenciada en Nutrición, Elvira Marcó, brindó una serie de recomendaciones sobre alimentos que se pueden incorporar a la dieta, que son buenos para la salud y bajos en calorías. En esta ocasión, hizo referencia las comidas ricas en prebióticos y probióticos.

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Según detalló Marcó «el sistema digestivo, está cubierto de bacterias que nos ayudan a mejorar nuestra salud. Este conjunto de bacterias se denomina microbiotica y cuando más sana se encuentra, más saludables estamos las personas. La clave es equilibrar las bacterias y eso se puede hacer de dos maneras:

– Alimentando las bacterias que están en el intestino para que crezcan: esto se logra a través de los prebióticos y están en las frutas, cebolla, ajo, banana y achicoria, lugumbres. Otros ejemplos de prebióticos son los oligosacáridos en la leche materna humana y los fructooligosacáridos presentes en algunos alimentos de origen vegetal.

-Incorporar microrganismos vivos: eso se logra a través de los probióticos y estos se encuentran en el yogurt, microalgas como la espirulina (se utiliza en sopas), kombucha, aceitunas o el kéfir.

A su vez, la especialista en Nutrición señaló que «los probióticos nos ayudan a mejorar nuestra flora intestinal, inhibe la proliferación de bacterias patógena y tiene un alto poder desinflamatorio, que se usa mucho para casos de colon irritable o diarreas»
En sintonía con esto, resaltó: «Una comida que contiene muchos probióticos es el chucrut y además tiene muy pocas calorías. Es un alimento muy económico y fácil de realizar»

Receta de chucrut

Ingredientes
2 kg de repollo rallado
3 cucharadas de sal marina
1 frasco de vidrio con tapa

Preparación
Rallar las hojas de repollo, introducilas en el frasco y agregarles 3 cucharadas de sal marina; luego aplastar el repollo hacia abajo y se deja un poco de espacio antes de cerrar el frasco. La verdura comenzará a largar su jugo en el proceso de fermentación. Cubrir con un paño o toalla de papel, presionar el producto hacia abajo en forma periódica, varias veces al día y con pocas horas de diferencia.

Pasadas las 24 horas, el jugo debe sobresalir y casi escurrir por la tapa. De no ser así, agrégarle un poco de agua salada hasta lograrlo. Revisar el progreso todos los días, comprobando que se amarga. Eliminar cualquier desecho que de forma en la superficie.

Un dato importante es que se debe dejar macerar durante 2 o 3 semanas. Luego está listo para comer y también se puede utilizar el jugo para cocina. (elonce)

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