«El pibe se le había parado de manos y los prepoteaba, pero no tenía ninguna necesidad el policía de sacar su arma», apuntó un testigo del hecho. Según indicó, el joven tenía antecedentes y problemas de adicciones.
Un joven de 23 años fue asesinado de un disparo en la cabeza en las inmediaciones del Barrio Molinari, en la zona sudoeste de la ciudad de Gualeguaychú. Según testigos, el autor del disparo sería un policía de la comisaría octava que estaba en servicio al momento del hecho.
Los trascendidos indicaron que el muchacho estaba quemando cobre en un terreno en donde termina la calle 20 de junio, junto a una precaria iglesia evangelista que está montada en el barrio. Fue cuando un móvil de la comisaría octava llegó al lugar e increpó al joven de 23 años.
«El policía que manejaba el patrullero sacó las esposas y desenfundó su arma. El pibe se le había parado de manos y los prepoteaba, pero no tenía ninguna necesidad el policía de sacar su arma. Entonces, cuando va a esposarlo, le dispara en la cabeza a menos de medio metro de distancia», relató a ElDía un testigo del hecho.
Debido a esta versión, familiares, amigos y vecinos de la víctima se acercaron al lugar del hecho, donde manifestaron su malestar por el desenlace trágico de la situación y por momentos se vivieron momentos tensos cuando cuestionaron a efectivos policiales.
Es verdad que era un pibe con problemas de adicciones, que tenía antecedentes y que andaba siempre en algo raro. Pero eso no justifica en nada que la policía le hubiera disparado de la manera en que lo hizo. No representaba ningún tipo de peligro para los oficiales cuando lo encontraron. Ni siquiera estaba armado», amplió el testigo en declaraciones a ElDía.
Según algunos vecinos de la zona, el joven habría intentado cometer un robo durante la madrugada del miércoles, pero lo descubrieron y huyó. Debido a la supuesta denuncia por hurto que habían hecho horas antes era que el personal policial lo estaba buscando por el barrio.
La victima fatal fue identificada como Iván Daniel Pérez, de 24 años.
Debido a que el principal sospechoso del crimen sea un agente de las fuerzas policiales, las investigaciones son llevadas a cabo por Gendarmería Nacional, y las investigaciones judiciales las encabeza la fiscal Martina Cedrés.
En la escena del crimen también estuvieron presentes el Jefe de la Jefatura Cristian Hormachea, el Subjefe César Primo y el Jefe de Investigaciones Emilio Piaggio, mientras que el médico forense que actuó en la escena fue Marcelo Benetti.