Los dispositivos se encontraban en la sede de la Policía de Entre Ríos, en calle Córdoba al 300, frente a la Casa de Gobierno. La causa está en manos del fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull, que aguarda obtener mayores elementos para disponer medidas judiciales.
Se trata de aparatos de última generación, que estaban destinados a la jefatura central de la fuerza entrerriana. Tras su desaparición, se investiga qué pasó con ellos, aunque la Justicia cuenta con algunos indicios para avanzar en la responsabilidad de lo ocurrido.
La faltante esta centena de celulares se detectó en marzo, aunque recién trascendió esta semana. Según se indicó, los 120 aparatos fueron adquiridos en comodato y, algunos de ellos, habrían sido encontrados en manos de familiares de funcionarios policiales.