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Mientras evalúa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un adelanto de fondos y negocia con otras fuentes de financiamiento, como el fondo soberano de Arabia Saudita, (del que –como adelantó Infobae- podrían provenir recursos por hasta USD 1.100 millones) para reforzar las reservas del Banco Central, el equipo económico cuenta ya con una proyección de las reservas internacionales netas con las que contará la Argentina de aquí a fines de junio.

El ejercicio, elaborado por el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, está contenido en un documento confidencial ya en manos del ministro de Economía, Sergio Massa, y al que pudo acceder InfobaePrecisa que hacia el 30 de junio las reservas internacionales netas en las bóvedas del Banco Central habrán aumentado en USD 3.200 millones.

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Para entonces, el Fondo debería haber respondido si acepta –para compensar al menos parte de la reducción de exportaciones atribuible a la sequía que diezmó la producción agrícola 2022-2023- adelantar para mediados de año los desembolsos contemplados en la segunda mitad del año.

El ejercicio está elaborado con carácter “preliminar” y en base a los datos con que se contaba hasta el jueves pasado.

En primer lugar, Rubinstein proyecta que de ahora al 30 de junio ingresarán USD 4.900 millones en exportaciones de Oleaginosas y Cereales, lo que incluye la nueva edición del “Programa de Incremento Exportador”, conocida como “dólar soja 3″, incluyendo adelantos de exportaciones de sorgo, cebada y otros productos.

Siempre del lado de los ingresos el otro rubro fuerte es el resto del cobro de exportaciones, por USD 8.400 millones, incluyendo allí las divisas que generarán las exportaciones de las economías regionales, a través del llamado “dólar agro”, que seguirá rigiendo hasta fines de agosto.

A su vez, por “Servicios”, como las divisas que arrima el sector de la Economía del Conocimiento, la proyección es que ingresarán USD 1.400 millones.

Otros ítems que suman a favor son USD 200 millones de Inversión Extranjera Directa, USD 900 millones de “especiales empresas”, línea en la que se anota dólares de la petrolera Chevron, por sus inversiones en el desarrollo de Vaca Muerta, y colocaciones de YPF, la empresa que tiene la parte del león de la producción y el desarrollo de esa joya energética argentina. Otros USD 100 millones se computan como “otros” ingresos a través del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). De este modo los ingresos por el MULC suman USD 15.900 millones.

Egresos

A esa suma la proyección resta egresos de USD 1.700 millones en pagos de importaciones de energía, cifra inferior a la de igual tramo de 2022 (cabe recordar que para el 20 de junio se prevé la inauguración del “Gasoducto Presidente Néstor Kirchner”, que no solo achicará la factura energética, sino que la revertiría en el futuro). Otros USD 9.600 millones se van en concepto de importaciones de otros rubros, y USD 2.600 millones por pago de servicios de distinto tipo, incluidos viajes, pasajes y pagos con tarjetas de crédito, fletes y otros ítems. De lo que resulta que del Mercado Único y Libre de Cambios arroja una proyección positiva de USD 1.600 millones.

Debajo de la línea

Claro que la proyección no termina ahí. De aquí al 30 de junio, computó Rubinstein, ingresarán USD 500 millones como “flujo normal neto” de desembolsos y pagos con el FMI, otros USD 600 millones de adelantos de desembolsos originalmente contemplados para el tercer y cuarto trimestre del año de otros organismos de crédito, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y USD 500 millones de financiamiento chino para la construcción de las represas sobre el río Santa Cruz. Esto es, otros USD 1.600 millones, que suman así un aumento de USD 3.200 millones de las “Reservas Internacionales Netas”.

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