Marcelo Monti, uno de los Hermanos Capuchino-Franciscano de Porto Alegre, Brasil, emprendió una aventura de 90.000 kilómetros por diez años para concientizar sobre el SIDA. El porqué de la iniciativa y sus desafíos.
Pasó por Entre Ríos, un monje brasilero que desde el 28 de agosto pasado comenzó una travesía única: recorrer los cinco continentes a pie llevando un mensaje de concientización sobre el SIDApara prevenir más contagios y evitar los prejuicios.
Se trata de Marcelo Monti, uno de los Hermanos Capuchino-Franciscano de Porto Alegre, Brasil, quien este lunes atravesó el polvoriento camino de Palavecino, en Gualeguaychú.
El hombre de 40 años, camina hasta 30 kilómetros por día en promedio, solo lleva un carro de tres ruedas, con todo su equipaje y una carpa, «pero hasta ahora durante los 97 días de mi travesía y 1352 kilómetros recorridos nunca tuve que armarla, siempre logré hospedarme en casas de familias o en instituciones», explicó a El Argentino.
El monje estudió antropología en Francia, tiene un título de filosofía y teología, además de hablar seis idiomas: inglés, español, francés, portugués, el dialecto haitiano y la lengua de señales de Brasil.
«Cuando la gente destaca mi fuerza de voluntad, me agrada porque ve el esfuerzo que estoy haciendo, pero no nos damos cuenta de todas las caminatas de la vida y todo el recorrido que hacemos cada día. Este camino es para hacer un llamado de atención de todo lo que estamos haciendo y queremos hacer«, remarcó.
«Esto para mí es una forma de escuchar historias, rever proyectos de vida y buscar fuerzas para seguir en el camino. Soy hermano Capuchino- Franciscano, hice una licenciatura en París en antropología, estudié filosofía y teología. Antes de comenzar este viaje estaba en Haití como misionero, allí trabajaba como masajista y daba clase de francés en un colegio», recordó.
El cambio en la vida de Monti ocurrió cuando se enteró que su hermana de 28 años, madre de tres hijos, falleció tras padecer HIV y por no haberse sometido a los tratamientos, por «los prejuicios».
Para poder evitar ese dolor a otras personas, el monje decidió emprender una travesía de 90.000 kilómetros por diez años que denominó «Un caminho de Aline una vuelta al mundo a pie y contra el SIDA».
En ese sentido, el caminante aclaró que, «este es un camino que me lleva todos los días para ser mejor, porque todos los días tengo desafíos, aprendo, escucho y comparto con la gente. A Gualeguaychú llegué el primero de diciembre el Día Internacional de la Lucha contra el SIDA. Ese día estuve en la plaza San Martín concientizando a la gente.
Nosotros decimos que estamos llenos de información sobre cómo prevenir esta enfermedad, pero esto no es verdad. Hablé con chicos de 14 a 15 años que muchos ya comenzaron su vida sexual, y no tienen mucha información sobre el tema. Esta enfermedad tiene dos riesgos, una es la posibilidad de contagiarse, y la segunda los prejuicios de ser portador de este virus.
La única manera que tengo de concientizar a la gente es caminar por el mundo y hablar del SIDA. No es un tema que solo deba tratarse el primero de diciembre de cada año, sino que debe tratarse todos los días y es la responsabilidad de todos, porque todos los días tenemos a personas infectadas y que mueren por el HIV como le sucedió a mi hermana que no se quiso tratar la enfermedad por los prejuicios».
El monje dijo tener trazado el itinerario para los próximos tres años: «Para mí esto no es una aventura, es una forma de poder estar con la gente y es por eso que tengo todo planificado», indicó.
Su hoja de ruta en el departamento Gualeguaychú, comenzó este lunes a la mañana, cuando partió del monasterio de las Carmelitas Descalzas en Urquiza al Oeste, para dirigirse hasta Almada por el camino a Estación Palavecino.
A la localidad de Almada llegó tras 42 Kilómetros de travesía, seguirá su camino hasta Urdinarrain, el miércoles a Gilbert, el jueves llegará a Rocamora y el viernes a Rosario del Tala, el sábado a Lucas González, el domingo a Nogoyá, para llegar la semana que viene a Victoria, Rosario y desde allí encarar el largo camino hasta Mendoza.
El año que viene seguirá en Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, para seguir hasta Estados Unidos y Canadá.
«En Canadá me voy a tomar un avión para ir hasta África. «La idea es caminar por diez años y atravesar los cinco continentes y planeó llegar a África recién en 2021. Cuando llegue a Etiopia ahí voy a decidir si sigo por Europa o Asia», reveló a El Argentino.
Al consultarle por cómo espera encontrarse en 2028 cuando termine la travesía de los 90.000 Kilómetros por el mundo, Monti sentenció: «Espero poder cambiar, tener más capacidad de perdonar, con más empatía, con más sensibilidad y una capacidad de poder abrazar a la gente y poder decirle que todo va a estar bien. Lo que he aprendido es que lo mejor que uno puede darle a las demás personas es el ejemplo de una vida vivida».
La travesía puede seguirse a través de la página de Facebook: Caminho de Alines o puede contactarse por Whatsapp (55 51 8508-6678).