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Declaraciones de la crespense Agostina Holzheier para la página oficial de la AFA.

 

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Compartimos a continuación, textualmente, la entrevista publicada en el sitio oficial de la Asociación del Fútbol Argentino a Agostina Holzheier:

 

En la tranquila tarde de Crespo, una chica va y viene por el patio con la pelota pegada al pie. Hace jueguitos, mete diagonales y hasta se anima a enganchar hacia adentro como tantas veces lo ha hecho durante el último año en el Predio de Ezeiza. Desde su Entre Ríos natal, Agostina Holzheier transita la cuarentena con las metas claras: «Desde el principio traté de ponerme horarios para entrenar, para levantarme, para comer, para estudiar. Me organizo el día para distraerme y para cumplir con todo. Así el tiempo también se va pasando un poquito más rápido».

 

Habitual integrante de la Selección Sub 17, Agostina divide sus jornadas entre la escuela y el fútbol: «Estoy en quinto año del secundario (N. de E.: el ciclo escolar secundario en Entre Ríos consta de seis años) y la prioridad es terminar la escuela. No tenemos clases virtuales, pero nos dan trabajos prácticos con una fecha determinada de entrega. Siempre me organicé bien con el estudio y el deporte e intento presentar todo a tiempo».

 

A pesar de su compromiso escolar, la jugadora de Unión de Crespo no oculta su sueño de ser futbolista profesional. «La idea es llegar a Europa como jugadora. Ojalá cuando termine toda esta situación pueda volver a enfocarme en eso: entrenar, viajar y probarme en algún club», confía Agostina. Su historia familiar alimenta ese deseo: sus tres hermanos jugaron al fútbol y uno de ellos, Álvaro, actualmente se desempeña en el CD Calahorra español. Por eso no es de extrañar que los horizontes de su hermana menor se sitúen allí.

 

 

Sin embargo, por el momento, Agostina trasladó sus asistencias en el césped hacia afuera de la cancha. Mientras estudia y cumple con las rutinas del preparador físico de su club y de la Selección, también cuida a su abuela: «Por su edad, hace bastante que no sale a la calle. Al mediodía voy a su casa a cuidarla, le retiro los remedios y se los llevo. Después aprovecho y me quedo un rato a entrenar: tiene un espacio grandísimo y puedo jugar a la pelota. Ella me apoya siempre en todo, también en el fútbol, como toda mi familia».

 

Ese soporte es muy importante para Agostina, que desde hace un año viaja seguido a Buenos Aires para entrenar con la Selección Sub 17, que debía afrontar el Sudamericano en abril: «Ya estaba lista para el torneo, pero se tuvo que postergar por la situación. Hay que seguir preparándose, física y mentalmente». Las jugadoras albicelestes se reúnen virtualmente con el cuerpo técnico para continuar con los entrenamientos: «Me motiva ver a las chicas, las extraño un montón. Todo es un incentivo para no bajar los brazos, para no rendirse y seguir entrenando», asegura la 10.

 

«Los domingos de partido los extraño un montón. Jugar al fútbol con alguien… Estoy corriendo en el patio sola, haciendo zig-zag con la pelota, ¡extraño tener un rival!», dice, entre risas, al tiempo que recomienda a todas las futbolistas «que sigan entrenando. Hay rutinas en internet si no tienen la suerte de tener un preparador físico en el club. En cualquier lugar, aunque sea chiquito, en el balcón, donde sea, se pueden hacer muchas cosas. Estar en cuarentena no es excusa para dejar de ejercitarse».

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