El comercio de la familia Pastori, inició su actividad hace cuarenta años atrás y se convirtió en un lugar de referencia para la ciudad. Tras la muerte de Doña Ángela, sus hijas decidieron cerrar sus puertas.
Este miércoles Laura y Alejandra, las hijas del matrimonio Pastori, informaron a sus clientes que debido al fallecimiento de su madre, doña Ángela, el cierre definitivo del comercio.
La despensa o kiosco Pastori como se lo conocía cerró sus puertas definitivamente, a pocos días de cumplir 40 años, dejando atrás muchos recuerdos, anécdotas, vivencias y amigos. «Queremos agradecer a clientes, proveedores y vecinos que formaron parte de ese gran proyecto que nació allá por 1984».
«Con la primera bolsita de caramelos Doña Ángela arrancaba sus primeros pasos, y luego estuvo acompañada por su esposo Luis. Ese gran proyecto se convirtió en un ícono crespense de calle Los Constituyentes de Barrio Azul; y que a los pocos años creció sumando una sucursal.»
¿Quién no conocía el kiosco Pastori? «si se olvidaban algo un domingo y a la noche, andá a lo Pastori, seguro encontrás», eran frases que se escuchaban en muchas casas. Llegar ahí y que te atendieran era encontrarse con la calidez de gente afectuosa; y si había que pedir fiado, siempre estaba la clásica libreta del almacenero y listo, y si te demorabas en el pago, no había intereses, eran otros tiempos…
Doña Ángela y Don Luis Pastori, gente simple, trabajadora y honesta. Hoy se escribe un pedazo de la historia de nuestros emprendedores como muchos que han hecho grande nuestra ciudad.
«Qué orgullo para nosotras ser parte de un equipo familiar durante tantos años, los recuerdos los llevaremos en nuestros corazones y agradecidas con aquellos que compartieron con nuestros padres durante tanto tiempo», escribieron Alejandra y Laura.
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