Analista explicó los resultados comparativos que arrojaron los censos de 2001, 2010 y 2022 realizados en Entre Ríos. Qué es el bono demográfico al que refiere Estadística y Censos.
Según el censo de 2022, la población de Entre Ríos fue de 1.425.578 habitantes, pero ¿quiénes somos los entrerrianos? El jefe de División Análisis y Sistematización del Departamento de Estadísticas Sociodemográficas de la Dirección General de Estadística y Censos de Entre Ríos, Claudio García, explicó. La comparación de los datos que arrojaron los tres últimos censos -2001, 2010 y 2022- en lo que respecta a la población dividida por grupos de edades quinquenales (cada cinco años) y por sexo.
“En la estructura de la pirámide puede verse la transición hacia una tendencia al envejecimiento: en 2001, había una mayor proporción de jóvenes y una pequeña tendencia hacia el descenso en la natalidad, es decir que los grupos de la base de la pirámide son menores en proporción a los grupos de 10 a 14 y 15 a 19 años”, explicó García.
Y continuó: “En 2010, la tendencia es manifiesta. La cantidad de población de los primeros 5 y 10 años anteriores al censo, comparativamente, es menor a los otros grupos de 10 a 14 y 15 a 19 años”. “La diferencia es marcada e implica que hubo un descenso en la natalidad”, destacó el analista y apreció la existencia de “una proporción mayor de mujeres en las edades más adultas”.
“En 2022, si bien el grupo etario de 5 a 9 años es mayor al resto, tiene una proporción similar a varios grupos de edad por encima de ellos, como el 10 a 14 y 15 a 19 años. También se aprecia un estrechamiento muy grande en la base de la pirámide, lo que indica que en los últimos diez años hubo un descenso muy importante de la fecundidad”, aclaró el responsable de Estadísticas Sociodemográficas.
Descenso de natalidad y tendencia al envejecimiento
Consultado a García por la relación entre la cantidad de hijos por familias, éste diferenció: “En 2001, la proporción era mayor a dos, lo que se manifestó en dos hijos por mujer en 2010; y en 2022, el promedio es de 1.7”.
“La provincia está por debajo de lo que se denomina el nivel de reemplazo”, señaló el especialista. Y detalló: “Si se analizan las tasas de crecimiento operadas de 2001 a 2010, hubo una tasa relativamente baja en comparación al promedio nacional. El crecimiento anual en Entre Ríos estaba en un 7.3 por 1.000 habitantes mientras que a nivel nacional era de 11. En cambio, de 2010 a 2022, se emparejan y la tasa de crecimiento anual de la provincia llega a ser un poco más alta, del 12.3 por 1.000 habitantes, mientras que la nacional fue de 11.4 por 1.000 habitantes”.
Para el analista, “ese crecimiento indica que en Entre Ríos hubo un pequeño aporte de la migración”. De igual manera, comentó que “en la estructura de la pirámide puede verse que, en departamentos de la costa del Uruguay, crecen a un ritmo mayor que el resto gracias a que esa migración se dio hacia esa zona”.
Qué es el bono demográfico
“En 2001, la población de niños y jóvenes era de casi el 30%, pero en 2010 descendió al 26.2% y en 2022 estuvo en 22%. En cambio, la población adulta mayor, era menor al 10% en 2001 y mayor al 12% en 2022”, diferenció el analista. Y continuó: “La población en edad económicamente activa también creció; y el aporte de la población mayor va creciendo tanto en los niveles de edad media como de edad adulta mayor”.
“En el análisis demográfico se espera que crezca más la población adulta mayor, con lo cual, la incidencia de la población adulta media que está en condiciones de trabajar irá reduciéndose paulatinamente, al igual que la población de niños y jóvenes”, explicó al remarcar que se trata de “un momento de bono demográfico, es decir que la población joven, como es menor, implica que exista la posibilidad de crecer en calidad educativa más que en infraestructura”.
El bono demográfico hace referencia a una fase en la que el balance entre las edades de una determinada población genera una oportunidad para el desarrollo. Este bono se traducirá en beneficios reales para los jóvenes solo si se realizan inversiones en capital humano, sobre todo en educación y empleo.
“El bono demográfico también implica que haya más cantidad de personas en condiciones de trabajar, pero debería haber una política que pueda generar trabajo genuino, de calidad y registrado para que quienes estén en el mercado laboral puedan aportar a los sistemas de salud y al previsional, que va creciendo, en vez de la informalidad que, estructuralmente, se mantienen en el orden de un tercio de la población activa”, cerró García. (Elonce)