La siguiente nota fue enviada por el Arq. Urbanista y artista visual Edgardo Saluzzio, integrante de la agrupación «La Pancho Ramírez»
Nuestra agrupación “Pancho Ramirez” milita dentro del peronismo, por los sectores más postergados de nuestra comunidad crespense, ese es el fundamento básico de como nosotros entendemos el sentido de la política, trabajar por los vecinos que sufren vicisitudes diarias y de las cuales el gobierno de la ciudad no se ocupa, es decir creemos en la política como instrumento para equilibrar y dar oportunidades, comenzando por quienes más lo necesitan. En el aspecto mencionado es que actualmente estamos trabajando con los vecinos aledaños a efluentes de arroyos que sufren diariamente la tortura de volcaderos de basura, pastizales con ratas, peligro de enfermedades y un olor que hace muy difícil la vida allí.
Crespo está alto, es uno de los lugares más altos de la provincia (el más alto es Camps) por lo que de aquí nacen arroyos, el Crespo; Ensenada; Bellaco y Hondo de la Cruz, todos contaminados.
Las vías dividen aguas, por lo que el Bellaco y el Ensenada salen hacia el sur, mientras que el Crespo y Hondo de la Cruz hacia el norte. Este aspecto, de la división de aguas es importante por el escurrimiento de la red de cloacas, ya que en los barrios que están al sur de las vías, las cloacas fluyen hacia los efluentes pluviales, donde en teoría se las colecta en cámaras para bombearlas a la red norte que tiene planta depuradora, en teoría, ya que la mayor parte del tiempo las bombas no funcionan y se vuelca directamente sobre el “arroyito”, convirtiendo los efluentes pluviales naturales en cloacas a cielo abierto.
Mi familia tiene campos dando al Ensenadaa diez kilómetros de Crespo y en las lluvias se ve que se incrementa el volcado de cloacas porque el agua se vuelve una inmundicia, y es el mismo arroyo que luego pasa por el AnderEgg,Barranca Blanca y otros lugares donde se baña la gente.
Nosotros, La Pancho, junto con los vecinos, estuvimos cortando el pasto, juntando la basura y apoyando emocionalmente, compartiendo un poco la desgracia ajena, en el fluente de Barrio Azul. Esto fue hace un par de semanas atrás, y solo porque a partir de nuestra acción una publicación lo visualizó, reaccionó el gobierno, metiendo una máquina retroexcavadora a sanear un poco el lecho y a declamar que lo entubarían el año que viene.El año que viene?!
Respirar una cloaca todos los días, reclamando a las autoridades, durante años, con notas y presentaciones al Consejo Deliberante, sin respuesta, yle dicen a los vecinos: “Se lo vamos a entubar el año que viene”!!Y a entubar!!
Entubar es meter la basura bajo la alfombra y empeorar mucho más el problema, pero para el vecino frentista es una solución inmediata, así que la municipalidad propone entubar pero solo dos cuadras, no la última, la peor, donde habíamos estando trabajando nosotros… cuando los vecinos preguntaron a las “autoridades” por qué no entubaban la última cuadra (tres en vez de dos) les contestaron: “A ustedes que les corten el pasto los peronistas”.
Eso es una bajeza, no se insulta y desprecia a la gente que sufre por la incapacidad de tu propia gestión.
Una de las cosas más sorprendentes de la actual gestión, es la enorme contradicción que hay entre lo que proclama y lo hace, por lo menos en materia ecológica. Es como que pretende hacer algo bien, y hace todo lo contrario, hace un enorme daño.
Los efluentes no se contaminan, no se los vuelve una inmundicia a entubar y a desparramar la mierda por los campos.
Que el problema venga de antes no quiere decir que le da libertad a empeorarlo y a seguir las mismas políticas aberrantes de esconder la mugre… es algo tan básico que uno se pregunta cómo es que no prestan atención a cosas tan evidentes.
Hay que gestionar para solucionar los problemas y con visión de futuro, es necesaria una planta depuradora de líquidos cloacales para la zona sur, también prever que las futuras urbanizaciones sean acordes a la topografía y con sentido paisajístico para que los efluentes pluviales al aire libre, sean lugares agradables, como lo fueron en otras épocas, cuando la gente se bañaba o pescaba en los arroyos.
Entubar es tirar al final todo lo que se juntó en el camino, no hay saneamiento natural, pero además tiene múltiples problemas: que no esté visible favorece las conexiones clandestinas; es necesario un control policíaco permanente de los vertidos; limpiezas periódicas porque se acumulan sedimentos que estancas y pudren aguas al tiempo que reducen la capacidadde evacuación; hay que hacer ventilaciones (no se puede caminar por la vereda este de calle Rivadavia entre Estrada y Belgrano desde hace décadas, por el olor que sale de las bocas de tormenta); etc.
Este tema de cómo tratar a los efluentes con visión de futuro de ciudad sustentable, no es algo que la actual gestión desconozca, sino que le reporta más disimular los vertidos irregulares de las empresas a los efluentes, que responder a los reclamos de los vecinos que viven frente a la inmundicia.
¿Se controla el vertido de las empresas alimenticias que están dentro del casco urbano? (El efluente pluvial que comenzaba en la intersección de Independencia y Sagemüller, se lo extendió por hasta el frigorífico)
¿Se comprende que los problemas sanitarios y ecológicos se vienen agravando desde hace años en Crespo?
¿Se entiende que es un como qué, pero en realidad es un no resolver?
La recolección diferenciada de residuos domiciliarios para el posterior tratamiento de los orgánicos está muy bien, pero se hace mal, y se obliga a padecer a los vecinos de la planta un olor a basura podrida irrespirable.
Poner ceniceros en el Pórtico, para la recolección de colillas está muy bien, pero al lado discurre un arroyo totalmente contaminado.
Es urgente comprender nada se soluciona tapando o tirando desechos más lejos, no hay futuro sin el compromiso de vecinos y funcionarios en actitudes y gestiones responsables.
Edgardo Saluzzio
Arquitecto Urbanista (UNC); Artista visual
Integrante de “La Pancho Ramirez”