El cargo contra Walter Raúl Britos es por el delito de «homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género en grado de tentativa». Pero sus defensores pidieron la absolución por el beneficio de la duda.
El juicio Walter Raúl Britos, de 46 años, comenzó la semana pasada en Gualeguaychú. El lunes y el martes pasado se realizaron la segunda y tercer audiencia; y este jueves se escucharon los alegatos de clausura. La Fiscalía volvió a ratificar su acusación y requirió una pena de prisión efectiva de 13 años, mientras que los defensores, Raúl Jurado y Martín Guidoni, manifestaron que su cliente debía ser absuelto y que en todo caso debía aplicarse el beneficio de la duda por la forma en que ocurrieron los hechos.
La víctima es una mujer de 34 años que sufrió quemaduras de segundo grado en el 25 por ciento de su cuerpo y permaneció tres días internada en el Hospital Centenario. Ellos mantenían una relación de convivencia en el barrio de Pueblo Nuevo, y a pesar de que habrían existido anteriores episodios de violencia entre ambos, en la madrugada del 19 de diciembre pasado algo cambió para siempre.
Según la denuncia, una discusión fue subiendo en intensidad hasta que la mujer decidió arrojarse alcohol sobre su ropa, como amenaza para evitar que su pareja abandonara el hogar. Ella se sentó en un sillón de la casa y Britos, mientras fumaba en la puerta, le dijo: «me cansas amenazándome cagona, a ver si te la aguantas, te ayudo», y con un encendedor la prendió fuego.
La remera de la víctima comenzó a incendiarse, provocándole quemaduras de segundo grado en el brazo, en el pecho, y en el torso hasta la pelvis. Pero además la golpeó con patadas que generaron hematomas que luego fueron constatados por el médico policial cuando la mujer ya estaba en el Hospital.
Fue el propio Britos, que asustado por lo que se había generado, apagó el fuego cubriéndola con un crubrecama. En principio se negó a llevarla al Hospital Centenario, y en su lugar la trasladó a la casa de la reconocida curandera «La Turca» para aplicarle la famosa crema contra las quemaduras. Pero las lesiones eran muy graves y optó por ir a la clínica Pronto, aunque desde allí fue derivada al Hospital Centenario.
Fue en la guardia del Hospital la última vez que la víctima vio a Britos, cuando él se curaba de las quemaduras que tenía en su mano. Luego ella permaneció internada durante tres días hasta que pudo regresar a su casa, aunque ese no fue el final de la pesadilla. «Todos los días tenía que curarme. Me sacaban la piel y no había día en que no me hiciera pis encima por el dolor. Tuve que quedarme acostada, no me movía, con aire acondicionado y comiendo sano para generar piel nueva. Así fue como tuve una buena recuperación», comentó la mujer a ElDía, que además confió que aún le pesa mucho el recuerdo de todo lo sucedido y que recién ahora lo está pudiendo exteriorizar sin traumas: «costó, pero ahora estoy bien y entera, y puedo hablarlo».
En abril se realizó la audiencia de elevación a juicio ante el juez de Garantías y luego se fijó la fecha de juicio. Britos llegó bajo una imputación por «homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género en grado de tentativa» y con una medida de arresto domiciliario, controlado con una pulsera electrónica.
Si bien la imputación que enfrenta Britos acarrea penas de hasta 15 años, la falta de antecedentes lo beneficiaría como atenuante a la hora de una posible condena, pero todo ello se esclarecerá el próximo lunes 24 de junio cuando se conozca el adelanto de veredicto. (ElDía)