Lo propuso como reemplazo de Lionel Scaloni en caso de que el actual DT deje su cargo terminada la Copa América.
La derrota de Brasil ante Argentina dejó en duda la continuidad de Lionel Scaloni: su contrato vence en diciembre y el «proyecto a 10 años» que detenta el presidente Claudio Tapia parece necesitar otra espalda, máxime ante las críticas que César Luis Menotti, director de selecciones, realizó sobre el proceso que comenzó como un interinato.
En ese contexto, Mauricio Macri, presidente de la Nación y hombre siempre cercano al mundo del fútbol (fue titular de Boca entre 1995 y 2007), impulsa un nombre para hacerse cargo de la dirección técnica de la Selección: Gabriel Heinze.
Minutos después de la eliminación, Macri recurrió a Twitter para saludar a los jugadores de la Selección. «Felicitaciones a Brasil, pero gran partido de la Argentina. Orgullosos de nuestros jugadores. Muchachos, hoy no ligamos nada», fue el mensaje del Presidente.
El domingo pasado en Zurich, Suiza, Macri visitó la sede mayor del fútbol donde recibió el premio Living Football Award, un reconocimiento que la FIFA entrega a las personalidades destacadas del mundo por las acciones que han liderado para el desarrollo del fútbol y el sostenimiento de los valores del deporte como vehículo para el crecimiento de las sociedades.
En ese tipo de reuniones, en las charlas informales, Macri no se privó de opinar de sus dos equipos de cabecera: Boca y la Selección. Y allí dejó correr su predilección por el entrenador de Vélez, así como elogió a Jorge Almirón cuando Jorge Sampaoli abandonó su puesto en Ezeiza tras la decepción en el Mundial de Rusia.
Proyecto Heinze
El «Gringo», de 41 años, acaba de renovar su vínculo con Vélez hasta fines de 2020 y está concentrado en el armado del plantel para afrontar la próxima temporada con el «Fortín». Sin embargo, ya advirtió que la Selección es su «debilidad».
El crespense tuvo un inicio de carrera como entrenador a los tumbos: tras su retiro como futbolista en Newell’s debutó con el buzo de DT en 2015 con Godoy Cruz. Se estrenó sin su título (estaba en trámite), motivo por el cual debió dirigir algunos partidos desde la platea. En Mendoza duró apenas tres meses.
Al año siguiente fue convocado por Argentinos Juniors con la misión de devolverlo a la máxima categoría del fútbol argentino. Fue campeón de punta a punta, sacándole 11 puntos de ventaja al otro ascendido (Chacarita) y promoviendo a una base de juveniles que nutrieron al plantel profesional en la Primera y también sumaron a las arcas del club con sus respectivas ventas millonarias.
Ya en Vélez, con su estilo ofensivo y dinámico, le dio una identidad definida al equipo, lo corrió del temor por el descenso y hasta lo clasificó a la Copa Sudamericana 2020. Tanto a Macri como a Daniel Angelici, presidente de Boca (que lo tuvo en carpeta para reemplazar a Guillermo Barros Schelotto), también los atrae su carácter y método de trabajo estricto, disciplinado.
Ambos saben que, con Heinze, el predio de Ezeiza estará más cerrado, será menos permeable al «chichoneo» de los dirigentes del grupo de Tapia; una imagen que no les atrae, entienden que no ayuda y «distrae» a las tareas de las diferentes selecciones. La tan mentada «profesionalización» que pregona el sector de Angelici.
Con los nombres más rimbombantes fuera de carrera por iniciativa propia (Simeone y Pochettino) y el caso Marcelo Gallardo envuelto en las diferencias públicas con la conducción de la AFA, del lado de Tapia habrá que esperar a la opinión de César Luis Menotti. Primero, a la evaluación de la corta gestión de Scaloni (Roberto Ayala, Walter Samuel y Pablo Aimar completan su cuerpo técnico). Y si su posición es la de variar, poner la lupa sobre su menú de favoritos.
El «Flaco» ya ha dado algunos indicios de sus preferencias: mencionó a Guillermo Barros Schelotto, Eduardo Coudet y Néstor Gorosito. En algún momento elogió a Heinze, el predilecto de Mauricio Macri, pero el perfil no se ajusta del todo con lo que pretende. ¿La opinión del Presidente será determinante?