Mauricio Popp es uno de los buenos jugadores que tiene el Centro Recreativo y Cultural Ferroviario. Recordó sus inicios.
Mauricio destacó que “Juego a las bochas desde los 9 años. En realidad a este deporte no lo elegí, sino que me lo inculcó mi papá. De chiquito yo amaba el fútbol y soñaba muchas cosas con el fútbol. De hecho, empecé a jugar en el Club Cultural de Puiggari los sábados. Pero después que salía de la doctrina, donde esperaba a que mi papá terminara de jugar, algo sucedió: un día llegué y faltaba uno. Me pusieron y desde ahí empecé a tomarle el gusto y así fue que a los 12 años jugué mi primer Campeonato Entrerriano en Chajarí, donde tuve la hermosa sensación de salir campeón y ver que este deporte me podía dar muchas cosas lindas como el fútbol”.
Consciente de que es necesaria una permanente renovación de jugadores, afirmó que “Tendríamos que inculcarles a más chicos que practiquen este deporte y que vean que no es “un deporte para viejos”, como se plantea muchas veces de manera equivocada, y que jugar a las bochas te puede dar cosas mucho más lindas que el fútbol”.
Sobre lo que significa la institución a la que representa, Popp indicó que “Ferroviario, ahora de grande, significa mucho para mí, por los amigos, por la gente y porque me dio lugar a que yo de grande siga practicando y jugando este deporte tan lindo. En lo personal, me pone muy contento el crecimiento que ha tenido el club. Y como miembro de la comisión directiva me siento orgulloso del equipo de trabajo que formamos y del progreso que generamos en el club en este último tiempo. Es muy gratificante ver las obras cumplidas y que más gente pueda disfrutar de las instalaciones”.
A modo de reflexión, por último, comentó que “Hablar de bochas es hablar de un deporte sano, divertido y de mucha precisión, donde puede jugar gente de diferentes edades, ya que no es un deporte de alto impacto. Se requiere, sí, de mucha práctica para ser un buen jugador, como pasa en cualquier otro deporte”.