La culebrilla (Herpes Zóster) es una enfermedad frecuente en adultos, ya que se trata de un virus que se encuentra «dormido» en el organismo de todas las personas que tuvieron varicela, y 1 de cada 3 puede desarrollarla.
La culebrilla es una enfermedad bastante frecuente en adultos, ya que se trata de un virus que se encuentra «dormido» en el organismo de todas las personas que tuvieron varicela. Se estima que, de todas las personas mayores de 40 años que tuvieron varicela, 1 de cada 3 puede desarrollar Herpes Zóster (HZ) en algún momento de su vida.
En general, los adultos mayores de 40 años ya comienzan a padecer cierto deterioro en su sistema inmunológico, y es por eso que la vacuna contra el HZ es un refuerzo que se sugiere a toda esa población.
Escudo indispensable
Recientemente, la vacuna para combatirla llegó a la Argentina y es capaz de reducir en un 61% las posibilidades de contraer esta enfermedad. Sin dudas, ésta noticia refuerza aún más la importancia de la vacunación, incluso en la población adulta.
A pesar de los movimientos antivacunas que militan fuertemente contra la vacunación, de a poco en Argentina se empieza a tener más conciencia de la prevención a través de vacunas, como ocurrió con la antigripal. Si todos entendemos que las vacunas funcionan como escudos indispensables para prevenir enfermedades y erradicar otras, nadie dudaría en vacunar a sus hijos o vacunarse de adulto.
Qué es la culebrilla
El Herpes Zóster, también conocido como «culebrilla», es una enfermedad que está dormida en el organismo de las personas que tuvieron varicela. Esta enfermedad se presenta como erupciones en la piel, las cuales suelen formarse en una franja horizontal sólo en uno de los lados del cuerpo y en otros casos puede afectar partes de la cara o extenderse por el cuerpo como ocurre con la varicela. El lugar más delicado donde puede manifestarse es en los ojos llegando a causar pérdida de la visión.
Culebrilla: síntomas
La culebrilla se manifiesta en el cuerpo con una serie de síntomas, entre los que se encuentran:
Erupción cutánea.
Dolor punzante en la zona afectada.
Picazón y cosquilleo.
Fiebre.
Dolor de cabeza.
Malestar estomacal.
Costras, cuando la erupción supura.
Además de los síntomas detallados, el principal malestar es la neuralgia postherpética, que es un dolor crónico que sigue el recorrido del nervio generando una electricidad que produce mucho dolor. Suele durar hasta un año, por eso la importancia de esta nueva vacuna como método preventivo. Fuente: (Telam).-