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Las primeras encuestas a productores muestran, que la implantación de maíz, caería de manera abrupta ante el temor que genera la chicharrita. Temen que se repitan los daños vistos en la actual campaña.

 

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En la provincia de Córdoba, se produce alrededor del 40% del maíz argentino. Por eso, las estimaciones para ese territorio siempre constituyen un parámetro importante para poder proyectar lo que sucederá con la cosecha del cereal a nivel nacional.

En tal sentido, un informe elaborado por la Bolsa de Cereales cordobesa enciende una fuerte luz de alerta: confirma que los productores le tienen terror a la chicharrita del maíz, la plaga que provocó estragos en la campaña que está finalizando por ser vectora de la bacteria Spiroplasma Kunkelii que provoca el complejo de enfermedades conocido como “Corn Stunt Spiroplasma (CSS)” o “Achaparramiento del maíz”.

Menor superficie en casi una década

A través de una encuesta a su red de colaboradores, la entidad mediterránea determinó que la siembra de maíz 2024/25 sufriría una fuerte caída, producto precisamente del temor que genera que este insecto vuelva a presentarse con grandes niveles poblacionales.
Esta primera estimación preliminar ubica la superficie implantada con el cereal en Córdoba en 2,2 millones de hectáreas, lo que significaría un 30% o unas 900.000 hectáreas menos que las que se sembraron en el último ciclo.
De cumplirse esta proyección, se trataría además de la menor superficie en casi una década, desde las 1,6 millones de hectáreas del ciclo 2025/16.

El maíz y el temor por la chicharrita

“Mediante el análisis de la distribución espacial de intención de siembra de maíz para la campaña 2024/25, se evidencia que los departamentos con mayor caída en la superficie de este cultivo se concentran en la región centro-norte de la provincia. Esta zona coincide con una mayor proporción de superficie sembrada con maíz tardío en la campaña 2023/24 y es a su vez donde se reportaron los más altos porcentajes de lotes afectados por el complejo de achaparramiento”, indicó la Bolsa.

Precisamente, según colaboradores del Departamento de Información Agronómica (DIA) de la entidad, el principal motivo que condiciona la intención de sembrar el cereal es el impacto del complejo de achaparramiento del maíz en la campaña en curso.

“Frente a la incertidumbre asociada a este contexto sanitario, se presenta como posible mejor alternativa destinar parte de los lotes de maíz a la siembra de soja y de sorgo, esta última limitada por la disponibilidad de semillas. Otros factores que influyen en la decisión de siembra de maíz son el precio y la rentabilidad esperada del cultivo, seguido del pronóstico climático”, agrega el reporte.

Punto de inflexión

En paralelo, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) también hizo referencia a la menor siembra de maíz que se espera para la próxima campaña.
En concreto, la siembra del cereal en la zona núcleo se reduciría en 300.000 hectáreas, y así la relación soja – gramíneas volvería a crecer a favor de la oleaginosa, después de ocho años en baja.

En concreto, por cada lote sembrado con trigo y maíz se sembrarían 1,7 de soja en 2024/25, y el cambio está dado por el maíz, que retrocedería en los planes de siembra. Esto contrasta con la fuerte apuesta que se venía haciendo en la cual el área maicera no paraba de crecer.

“Más allá de que el trigo, con un 15% de aumento, modera el impacto, las gramíneas (trigo y maíz) caen este año. Y la soja de primera en los primeros sondeos muestra una suba del 7%, aunque no se descarta que termine siendo mayor el pasaje a la oleginosa. ¿Estamos ante un punto de inflexión por la chicharrita? No es posible dar una respuesta, pero hay serias inquietudes”, menciona el estudio de la gea.

También en la zona núcleo

Por ejemplo, cita que en Carlos Pellegrini y El Trébol (centro sur de Santa Fe) dicen que “la superficie de maíz tardío caerá por completo”. Además, se estima una reducción del 30% en el área de maíz temprano.
Del mismo modo, en Bigand (también sur santafesino) concuerdan que no se va a sembrar maíz tardío ni de segunda por el temor al ataque de la chicharrita y se habla de una caída del 20% del temprano; mientras que en la zona de Villa Cañas y Arribeños (norte bonaerense), el maíz tardío está descartado de la planificación. Solo se hará temprano y se espera una reducción de entre un 10 y un 15%.

“En General Pinto (noroeste de Buenos Aires) se mantendrá la superficie del temprano pero habrá una reducción de la del tardío. En Monte Buey (sudeste de Córdoba) mantendrá la superficie del maíz temprano, con siembras tardías programadas para noviembre, a lo sumo, para evitar el pico de la chicharrita. Desde esa área, comentan que las fechas de diciembre están totalmente descartadas”, completa el documento. Fuente: (Infocampo)

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