Tras haber dormido un año en escritorios grises, la causa en la que dos de sus sobrinas acusan al bioquímico concordiense, Carlos Antonio Ríos, de abuso sexual infantil llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Tras un derrotero judicial en la provincia, y con un fuerte revés del Superior Tribunal de Justicia, la fiscal de Paraná Cecilia Goyeneche elevó en octubre del año pasado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación el caso de las hermanas que denunciaron a su tío, el bioquímico Carlos Antonio Ríos, por abuso sexual en la infancia.
Desde entonces, y hasta el 19 de noviembre de este año, el expediente reposó en las oficinas porteñas de ese organismo. Pero la semana pasada comenzó un circuito que podría darle a la causa un nuevo comienzo.
La batalla judicial
Tal como informara un primer artículo de Diario Río Uruguay, tras la denuncia penal en 2015, la causa avanzó en todas las instancias judiciales previas al juicio oral hasta que en abril de 2018 la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos con la firma de los jueces Miguel Giorgio, Daniel Carubia y Claudia Mizawak entendió que el delito había prescripto y cerró la causa dictando el sobreseimiento.
Volver al juicio oral
En septiembre de ese mismo año la fiscal Goyeneche recurrió la resolución y solicitó el recurso extraordinario federal, esto es, la elevación de la causa a la Corte Suprema de Justicia (CSJN), elevación que fue nuevamente rechazada por los jueces Giorgio y Carubia. Mizawak esta vez votó a favor.
Fue entonces que por la presentación del recurso de queja la fiscalía logró que finalmente la causa fuera aceptada en la CSJN, que por estos días tiene a sus integrantes trabajando en el expediente.
Si la máxima autoridad judicial del país resolviera ahora dar cauce a la queja presentada por Goyeneche, y entendiera que el delito no prescribió, la causa podría volver a la instancia en la que fue detenida: el juicio oral.
Los hechos
A Carlos Antonio Ríos se lo acusa de haber abusado sexualmente durante seis años de dos de sus sobrinas mientras ellas quedaban a su cuidado en su casa de la calle San Juan de la ciudad de Concordia, la misma donde funcionaba por entonces su laboratorio de análisis bioquímicos.
Los hechos habrían sucedido, según el relato de las denunciantes, durante la primera infancia y la pre adolescencia de las chicas, hoy mayores de edad y librando aún una incansable lucha en su búsqueda de justicia.
Qué debe determinar la Corte
En este caso, la cuestión central que se debate es si se puede contabilizar como tiempo para la prescripción los años en que las víctimas fueron niñas y como tales no estaban en condiciones de autonomía o libertad suficiente como para realizar la denuncia.
En este sentido, un antecedente local inmediato es la decisión que tomó este lunes el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay que resolvió de forma unánime condenar a un hombre a 26 años de prisión efectiva al encontrarlo responsable del delito de abuso sexual agravado por acceso carnal a una menor de 18 años, su propia hija, en base a los hechos denunciados que ocurrieron en la provincia de Buenos Aires.
Respecto del planteo de prescripción de los abusos formulado por la defensa, el Tribunal no hizo lugar, siguiendo los lineamientos del precedente «Ilarraz». El rechazo a la prescripción también había sido planteado previamente por el Ministerio Público Fiscal.