La justicia investiga el presunto daño ambiental. Esta práctica produce dioxinas y furanos, concluyó una licenciada en Bioquímica convocada como testigo. El debate por Mocarbel seguirá el martes.
Se cumplió ayer la tercera jornada del histórico juicio oral y público que enfrenta el empresario Jorge Luis Mocarbel, el primero de su tipo donde la Justicia Federal investiga el presunto daño ambiental ocasionado por la fábrica de jabones ubicada en Aldea Brasilera, en el Departamento Diamante. En la audiencia que se desarrolló en el recinto del Tribunal Oral Federal de Paraná, se escuchó el testimonio de testigos de la Policía Federal, quienes hicieron inspecciones a la empresa y tomaron muestras de efluentes líquidos.
La semana anterior quedó en evidencia el accionar de la empresa, cuando un grupo de testigos de la Secretaría de Ambiente de la provincia ratificaron las irregularidades cometidas en el manejo de residuos peligrosos. Todas ellas fueron corroboradas en diferentes inspecciones, como el episodio donde se constató la quema a cielo abierto de animales muertos o el desecho de efluentes líquidos al arroyo El Salto.
Declaraciones categóricas
Las cinco testimoniales previstas para ayer se concretaron vía Zoom, y en todas ellas se reforzó la hipótesis de la acusación respecto a la contaminación ambiental ejecutada a través del aire, la tierra y el agua. Una de las declaraciones más categóricas estuvo a cargo de la licenciada en Bioquímica, María Fernanda Cúneo Basaldúa, quien explicó que la contaminación generada constituía “un peligro para la salud de las personas y para el medio ambiente”. La representante de la Unidad de Delitos Ambientales de la Procuración General de la Nación se basó en los informes de la Secretaría de Ambiente y de la Policía Federal, donde se coincidió en el daño ambiental que se estaba provocando. Desde su punto de vista, la quema de residuos a cielo abierto “genera contaminación” y luego agregó: “Esa contaminación crea un gran problema para la salud, ya que la quema de residuos produce dioxinas y furanos. Se trata de sustancias químicas que pueden causar cáncer en las personas”. En otro pasaje de su relato argumentó que los residuos peligrosos dejados en el suelo sin un tratamiento adecuado, producen perjuicios colaterales, como la penetración de líquidos que llegan a la capa subterránea.
En el resto de la jornada se destacó el testimonio del extitular de la Divisón de Delitos Ambientales de la Policía Federal, Guillermo Haberqom, quien durante una inspección en 2015 tomó muestras de los efluentes líquidos y de agua de unos piletones que había en la empresa. En ese momento observó que el agua de los piletones desembocaba en el arroyo El Salto, se especificó durante un tramo del debate.
(UNO)