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La cifra semestral estimada por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) en base a microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de los primeros 3 meses del año, es un promedio entre el primer trimestre del año, cuando el 54,9% de los argentinos se encontraba bajo la línea de pobreza y el 20,3% era indigente; y el segundo trimiestre, cuando los indicadores se redujeron a 49,4% y 15,9%, respectivamente.

La pobreza alcanzó al 52 por ciento de la población y la indigencia al 17,9 por ciento en el primer semestre del 2024, según estimaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA). Las cifras representan un aumento significativo frente al 41,7 por ciento y 11,9 por ciento registrados por el Indec en 2023, y son los valores más altos desde 2004.

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Las cifra semestral estimada por la ODSA, en base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de los primeros 3 meses del año, son un promedio entre el primer trimestre del año, cuando el 54,9% de los argentinos se encontraba bajo la línea de pobreza y el 20,3% era indigente; y el segundo trimiestre, cuando los indicadores se redujeron a 49,4% y 15,9%, respectivamente.

Sin embargo, los altos niveles de pobreza e indigencia se deben a una constante en los nueve meses de gobierno de La Libertad Avanza: la pérdida de puestos de trabajo y las bajas remuneraciones de los trabajadores formales del sector privado. Por lo que el observatorio de la UCA no espera que esas cifras puedan reducirse significativamente en los próximos meses.

El director del observatorio de la UCA, Agustín Salvia, explicó que la reducción de los indicadores de pobreza e indigencia entre el primer y el segundo trimestre se calcularon a partir de la caída de la inflación y un aumento en los salarios de los empleados formales del sector privado, que recuperaron solo parte de lo perdido en enero, febrero y marzo; aún lejos del poder adquisitivo de diciembre. Peor aún es la situación del sector público y los informales.

En el caso de los trabajadores informales, que cayeron en la indigencia y que depende en gran medida de los programas sociales, no recuperaron el poder adquisitivo que tenían antes de la llegada al gobierno de Javier Milei, por lo que «se observa una mayor desigualdad entre los distintos sectores trabajadores”, sostuvo Salvia.

Incluso entre los trabajadores formales del sector privado, la ODSA señaló que, aproximadamente, la mitad gana menos de la Canasta Básica Total (CBT), que en julio llegó a los 900.648 pesos y que acumula un aumento del 81,7 por ciento en lo que va del año.

El observatorio espera tener una perspectiva más amplia de la situación social y económica del país en diciembre, una vez terminada su encuesta nacional que releva ingresos, empleo, inseguridad alimentaria, malestar psicológico y el índice de multidimensional.

Salvia sostuvo que la situación no llega a ser tan crítica como en 2001-2002 porque el desempleo, aunque aumentó en los últimos meses, no es tan elevado como en aquella crisis, cuando llegó al 20% de la población. (APFDigital)

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