El Presidente dijo que no habrá una reforma previsional, ni una reforma laboral. Anunció la segmentación de tarifas y sostuvo que el acuerdo con el FMI «fue el mejor al que se podía llegar».
El presidente Alberto Fernández dijo que «gobernamos con convicciones firmes y con el pragmatismo necesario para saber qué es lo mejor para los argentinos y argentinas», durante su discurso en la 140° apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación.
Aseguró que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) «no acumulará nueva deuda», que «los pagos se iniciarán en 2026 para terminar en 2034» y que «habrá una expansión en infraestructura, inversiones en ciencia y tecnología y en políticas sociales».
Acompañado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el Presidente afirmó que «llevaremos adelante nuestras políticas de crecimiento, desarrollo y justicia social» y que «no habrá una reforma previsional», «no habrá una reforma laboral», y que «en Argentina se acabaron los tarifazos».
Por otro lado, anunció que el gobierno de China «ha accedido a nuestro pedido de ampliación y uso del Swap».
«Invito al pueblo argentino y a las fuerzas políticas a mirar hacia adelante, sin olvidar el pasado. Somos un ejemplo ante el mundo de cómo construir Verdad, Justicia y Memoria sobre una tragedia histórica sin detenernos y mirando hacia el futuro. También ahora podemos hacerlo», aseguró el Presidente.
El Jefe de Estado dijo ante la Asamblea Legislativa que el entendimiento con el organismo multilateral del crédito estará en los próximos días en el Congreso y que eso pone «en un camino transitable para nuestro país con mayor previsibilidad, certezas y visión de futuro».
«Nosotros elevaremos los documentos que constituyan el Acuerdo al Congreso de la Nación con la totalidad de los detalles. Necesitamos que nos acompañen y apelo así al compromiso nacional de todos y todas», dijo el Presidente.
«Logramos un entendimiento inusual en el marco de un programa» con el FMI «sin políticas de ajuste y con incremento del gasto real en todos los años del programa», puntualizó.
El mandatario recordó que «en el año 2018 el entonces presidente Mauricio Macri, decidió endeudar a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, por un monto total de 57 mil millones de dólares» y que «conocimos esa decisión a través de un discurso transmitido en cadena nacional».
«El Congreso Nacional no autorizó ese endeudamiento ni fue consultado respecto de las obligaciones que el Estado Nacional asumió al tiempo de tomar la deuda», enfatizó.
Reiteró que «el dinero que ingresó de ese préstamo no fortaleció las reservas del Banco Central porque fue enteramente utilizado para pagar deuda externa insostenible y financiar la fuga de capitales. No quedó nada del dinero recibido en Argentina. Ni un puente ni una carretera. Sólo nos quedó una deuda externa impagable».
Fernández dijo que «el acuerdo con el staff del Fondo Monetario Internacional para llevar adelante un programa que nos permita refinanciar la deuda con ese organismo» es «un nuevo paso en este tema, que no es el primero y no será el último».
El Presidente aseguró que trabajó «desde el primer día de mi presidencia para encontrar una solución» e indicó que «este es el mejor acuerdo que se podía lograr».
Explicó que «el nuevo acuerdo no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el gobierno anterior. Es una refinanciación de aquél préstamo que nos permite no usar en estos años recursos nacionales para pagar los compromisos».
«Se usará dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de 4 años y medio. Podremos utilizar ese tiempo para que semejante carga de deuda no detenga el crecimiento. El acuerdo no resuelve el problema de la deuda externa, pero da un paso importante en esa dirección», detalló.
Además señaló que «este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, a diferencia de otros que la Argentina firmó en el pasado».
«La reducción gradual del déficit será compatible con una expansión moderada del gasto primario real que permitirá apuntalar la fuerte recuperación económica en curso», indicó.
También enfatizó que «no habrá una reforma previsional. La edad jubilatoria no será alterada. Jubilarse es un derecho y se debe respetar a rajatabla. Si por el motivo que fuere una persona deseara continuar trabajando después de cumplir la edad que establece la ley, nadie, en principio, debería obligarla a retirarse».
«Este acuerdo no doblega nuestra soberanía. Somos nosotros los que decidiremos nuestro futuro», remarcó.
Indicó que «la Argentina necesita ordenar su política monetaria y fiscal», y dijo que «el mayor problema que tenemos, la inflación, es multicausal. Y es nuestra responsabilidad atender todas sus causas».
«Seguiremos la senda de ordenar las cuentas públicas sin condicionar nuestras políticas de justicia social», planteó y afirmó que «en Argentina se acabaron los tarifazos».
«Vamos a segmentar los subsidios para lograr niveles de tarifas razonables, con justicia y equidad distributiva para los servicios públicos de gas y electricidad. Por eso, en principio, apuntamos a que el 10 % de mayor capacidad económica deje de ser beneficiario de subsidios», puntualizó.
Explicó que «para el resto de los usuarios, nuestra política se inspirará en la Ley 27.443 votada en este Congreso de Nación en el año 2018 y vetada por el entonces presidente Mauricio Macri», normativa que «establecía que las tarifas solo podrían incrementarse teniendo como tope el Coeficiente de Variación Salarial».
Afirmó, a su vez, que «no habrá una reforma laboral», porque «los derechos de los que trabajan no pueden ser alterados en su perjuicio. La justicia social jamás puede ser objeto de una negociación».
«No queremos más ajustes. Nunca defendimos los ajustes. Trabajo para una Argentina grande, con crecimiento y empleo, sin exclusiones y con ampliación de derechos», explicó.
Por otro lado, y como resultado de su reciente visita a China, el Jefe de Estado anunció que «ayer he recibido la confirmación del gobierno chino de que han accedido a nuestro pedido de ampliación y uso del Swap».
El Jefe de Estado recordó los difíciles momentos enfrentados durante la pandemia de Covid-19 y agradeció «a todos los argentinos y las argentinas que, con esfuerzo personal, ayudaron al cuidado colectivo», a «los trabajadores y las trabajadoras de la salud», a «los vacunadores y vacunadoras», «los científicos y científicas», «los gobernadores y gobernadoras, y a los ministros y las ministras de salud de todas las provincias».
Recordó que «la Argentina ha recibido 112 millones de dosis de 7 laboratorios diferentes, con eficacia y seguridad probada, logrando de esta manera una cobertura de la población del 89 % con primera dosis, 79 % de esquema completo y más de 13 millones de dosis de refuerzo».
Explicó que el haber avanzado en la inmunización contra el coronavirus hizo posible la recuperación económica que se reflejó en el año 2021 con el crecimiento del «10,3 % del PBI, muy superior a la esperada».
«Hubo varios motores importantes de esa recuperación», dijo y entre los que destacó a la obra pública, con «3.700 obras a lo largo y a lo ancho del país»; a la construcción, el mayor nivel de pedidos de permiso en cinco años; y a la industria, que «creció un 7 % por encima de 2019».
Explicó que la «recuperación fue generalizada y federal» y que «hubo una clara política de desarrollo que convirtió al Estado en una pieza central en el apoyo a los parques industriales, al desarrollo de proveedores, a la baja de retenciones a los bienes finales, a la sustitución selectiva de importaciones y a los incentivos para inversiones, entre muchas otras iniciativas», indicó.
Dijo que «en 2021 la inversión productiva fue 13 % mayor que la de 2019», y destacó que «el empleo formal se viene recuperando mes a mes desde fines de 2020» y «la tasa de desocupación fue del 8,2 % en el tercer trimestre de 2021, la menor en más de tres años».
«Mientras alguien la necesite, la asistencia del Estado seguirá presente. Pero es hora de que los argentinos y argentinas que puedan hacerlo, vuelvan paulatinamente al empleo formal y puedan ir prescindiendo de los planes sociales».
Además, se refirió a la Cuestión Malvinas como una política de Estado al cumplirse cuarenta años del Conflicto del Atlántico Sur. Recordó a los ex combatientes y sus familias, y reiteró la necesidad de la «búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado».
«Esta época bisagra de la historia, de Argentina, del mundo, del universo, necesita que le propongamos un sueño. Un propósito: queremos dejar de ser víctimas de todo y pasar a ser propulsores de algo. Pasar del miedo a la ilusión. De la muerte a la creación. Hay que sacar la utopía del pasado y volver a ponerla en el futuro», concluyó el Jefe de Estado.