El grupo se conformó hace cuatro años y lleva adelante encuentros periódicos en distintas ciudades para poder compartir experiencias. El domingo lo harán en Crespo a partir de las 10, en Almafuerte 141.
Familias Entrerrianas Juntas por la adopción es un grupo integrado por padres y futuros padres adoptivos que decidieron acompañarse mutuamente para compartir sus experiencias e inquietudes. Se formó hace cuatro años, cuando Anahí Devetter y su esposo, quienes viven en Villaguay, adoptaron a dos hermanos, que hoy ya tienen 12 y 14 años. Desde entonces se reúnen cada dos o tres meses en diferentes localidades de Entre Ríos, para que más personas puedan acercarse, y el domingo lo harán en Crespo a partir de las 10, en Almafuerte 141.
«Es un encuentro abierto, al que pueden asistir quienes estén inscriptos en el Registro Único de Adoptantes de Entre Ríos (Ruaer) a la espera de formar una familia, también las familias adoptivas y quienes estén interesados en la temática, como puede ser alguien que desea adoptar pero todavía no se anotó y quiere ver cómo es, o gente que trabaja con niños adoptados y quiere saber cómo se vive desde el entorno familiar», comentó Anahí.
Con el grupo ya visitaron ciudades como Concepción del Uruguay, Colón, San José, Concordia, Paraná, entre otras. «Desde 2013 hemos recorrido varios lugares y siempre la gente nos recibe bien; tratamos de que haya alguien de la ciudad que organice el encuentro para que la gente se acerque más», señaló.
Por otra parte, contó que en cada reunión aparecen temas que son recurrentes, sobre los cuales las parejas o las personas solas con el fuerte deseo de convertirse en padres o madres necesitan desahogar dudas, o desterrar miedos o prejuicios. «Con mi esposo decidimos formar este grupo porque cuando adoptamos nuestros hijos nos encontramos con que no teníamos acompañamiento de ningún tipo. Se nos ocurrió que podíamos hacer un grupo con todos aquellos que estén pasando por la misma situación, que estén esperando la adopción o que ya hayan adoptado y que también se hayan sentido solos en esto. Hicimos una publicación en Facebook y se hizo la primera reunión en Villaguay, con dos familias más que estaban esperando en el Ruaer, nosotros éramos los únicos que teníamos hijos en aquel entonces», recordó.
Reflexiones
«Por ahí mucha gente se acerca con la curiosidad sobre todo por conocer cómo es adoptar chicos más grandes, si traen la famosa mochila de emociones, si es fácil o difícil. Por ahí creo que el prejuicio más grande es sobre los niños mayores de 5 años y en todas las reuniones la mayor cantidad de las preguntas son referidas a ese tema», expresó, y agregó: «Lo que tratamos de hacer en las reuniones es contar las experiencias de cada familia, de la vinculación, de la espera, de adoptar grupos de hermanos o chicos mayores; también hay una mamá que adoptó un nene y va a compartir su experiencia de adoptar sola. Esa es la idea del grupo».
Asimismo, indicó que en este tipo de encuentros también suelen asistir en compañía de sus hijos, para compartir en familia, y muchas veces se logra forjar una gran amistad. En esta ocasión, habrá además un almuerzo opcional. Quien esté interesado en participar o conocer más sobre el grupo se puede contactar a través de Facebook: Familias Entrerrianas juntas por la Adopción, o enviando la consulta por mensaje privado a perfil de Anahí Devetter.
Formar una familia
Más allá de que cada historia de vida es particular, hay experiencias que inspiran y animan a otros a emprender un camino signado de amor genuino al momento de querer formar una familia. Si bien muchas personas tienen grandes expectativas de adoptar un bebé, conocer las vivencias de quienes se animaron a convertirse en padres de niños de más edad puede ayudar a considerar esta posibilidad. «Nosotros cuando decidimos adoptar ya habíamos pensado en hacer una adopción múltiple. No sabíamos si serían dos nenes, dos nenas, un nene y una nena. Después de seis meses de habernos inscripto en el Ruaer nos llamaron porque había dos hermanos varones de 7 y 9 años en condiciones de ser adoptados», contó Anahí Devetter, y aclaró: «Ya habíamos decidido que sean niños hasta 10 años de edad y que sean hermanos. Nuestra espera fue corta, porque nuestro perfil adoptivo era bastante amplio».
En el trayecto suelen aparecer preguntas y dudas, pero también certezas: «Uno a veces cuando se anota para adoptar se pregunta si va a tener ese amor y ese instinto materno o paterno, si va a poder generar un vínculo y realmente una vez que los ve a los chicos y se los presentan, uno se olvida de todo lo que pensó y se pone en campaña para que esos niños tengan una familia y se sientan bien», aseguró Anahí.
Por último, sobre el hecho de adoptar reflexionó: «Realmente lo haría mil veces más, estoy feliz. No es fácil pero tampoco es imposible. Hay que tener amor y mucha paciencia, poner límites por supuesto como a todo chico, pero creo que lo que más hay que tener es valor, animarse. Después ellos ponen toda la otra parte».
Interrogantes que pueden llegar a surgir
Anahí Devetter comentó que el Registro Único de Adoptantes de Entre Ríos (Ruaer) hace el acompañamiento durante la espera de una posibilidad de adoptar, y en el momento de la vinculación con el niño y la adopción en sí ya pasa a manos del Juzgado que intervenga en el trámite. «Ellos se encargan solo de la parte administrativa, de saber cómo están y nada más, no brindan ningún otro tipo de asistencia en el ámbito psicológico o una charla para contestar alguna pregunta», dijo.
Son muchos los interrogantes que pueden presentársele a los padres cuando forman una familia, sobre todo cuando adoptan chicos que ya tienen determinada edad. Por ejemplo, cómo deben abordar el tema de la familia de origen de ese niño o esos niños que llegan a un nuevo hogar: «En nuestro caso, que son chicos más grandes, les hablamos sobre su familia de origen siempre que ellos pregunten. No hay que obligarlos a hablar de su pasado sino escucharlos cuando quieren tocar el tema; darles la información que por ahí uno conoce y tratar de no generarle ningún tipo de rencor con su familia biológica, sino explicarles que tal vez por circunstancias de la vida sus mamá no los pudo cuidar», expresó.
Por otra parte, se refirió a los prejuicios que pueden surgir en el entorno familiar o el social: «Nosotros en el grupo decimos que a los niños no los adopta solo su mamá y su papá, sino que los tiene que adoptar toda la familia e incluso la comunidad, ya que los debe recibir una escuela, un club, y a veces es difícil porque no todos están preparados para recibir en el seno familiar a un chico de 8, 9 o 12 años, por ejemplo. Hay que hablar con la familia antes de anotarse y comentarles que el chico que va a venir no es un bebé sino un niño más grande», sostuvo, y relató que el logo que eligieron para la agrupación tiene que ver con esto: «En el logo incluimos la imagen de la provincia porque el Ruaer es para residentes entrerrianos, aparecen muchas manos porque al chico no lo recibe solo la familia sino toda la comunidad, y los niños en colores es porque están felices al tener una familia», sintetizó.
(Uno)