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Es incorrecto ligar el valor de la leche cruda con el de la leche al consumidor.

 

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El periodista especialista en mercados lecheros, José Iachetta, comentó a Campo en Acción que el escenario actual de la lechería muestra una franca recuperación del precio en tranquera de tambo; y que hay cierto equilibrio entre lo que se va produciendo tanto a nivel primario – es decir, leche fluida- como de quesos y otros productos lácteos, conectados con el mercado internacional y el local.

Sin embargo, advirtió que “hay algunos nubarrones en el corto plazo: la producción primaria va a aumentar el caudal de leche y posiblemente termine el año con 6 o 7 puntos por debajo de 2023; recuperando notablemente, gracias al segundo semestre, esta caída del 12% del primer semestre. Pero esa cantidad de leche que va a producirse, que a su vez se va a traducir en productos, posiblemente no sea adquirida por el mercado interno, en virtud de la debilidad de la demanda y del recorte popular de los consumidores”.

El periodista agregó a esto que asimismo, el mercado internacional tampoco presenta grandes precios como para pagar los más de 40 centavos de dolar que hoy está percibiendo el tambero en tranquera de tambo.

La composición del precio de la leche

Para conocer en profundidad cómo se compone el precio de la leche, Campo en Acción dialogó con Walter Mancuso, experimentado especialista en Lechería de la Estación Experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Paraná.

El ingeniero explicó que, básicamente, la cadena láctea tiene dos eslabones principales e indispensables: el primario, formado por los productores tamberos, y el secundario o eslabón industrial. “Pero esos productos elaborados luego tienen que llegar al consumidor, y para eso hay que pagar un servicio, prestado por el eslabón comercial: supermercados, almacenes, autoservicios, etc”; señaló, agregando que gracias a esto, en los estudios de costo a dichos comercios se los considera como un servicio que tienen que pagar la industria y el productor para llevar los productos lácteos hasta el consumidor, que es quien paga el precio final de toda la cadena.

El tercero es el costo de transportar los productos desde la fábrica hasta las góndolas, al que se conoce popularmente como el «servicio» que tiene que pagar la fábrica para llegar hasta el consumidor; y el cuarto, son los impuestos que se pagan en todo este recorrido. “Mensualmente, desde el año 2016 y hasta la fecha, se calcula como se distribuye ese precio final que pagamos en la góndola entre estos cuatro componentes, gracias a un convenio entre el INTA y el Instituto de profesores argentinos universitarios de Costo (Iapuco)”, indicó el especialista.

Consultado acerca de las estadísticas, Mancuso expuso que según los datos correspondientes a la producción primaria del mes de mayo, el precio pagado al productor representa un 35% del total, promediando todos los productos lácteos que se elaboran en el país.

“A la industria le quedó el 25% de ese total, al comercio otro 25%, y los impuestos representaron el 15% de ese precio final promedio por litro equivalente”, agregó, destacando que para todos estos cálculos se tiene en cuenta que porcentaje de leche se destina en Argentina a cada producto lácteo, ya que no es lo mismo envasar la leche fluida que elaborar algún tipo de queso o hacer leche en polvo: “Para que el público tenga una noción, el destino principal de la leche en el país son los quesos: el 45% de la leche que se produce en argentina se destina a quesos; el segundo es la leche en polvo, alrededor del 32%; y recién en tercer lugar aparecen las leches fluidas, con un 16% del total”.

“Por eso, no es correcto relacionar directamente lo que se paga al productor con el precio de esa leche fluida, ya que es una parte muy pequeña del total de leche que se elabora en el país”, finalizó.

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