La suba internacional en el precio de la energía y de los fletes, sumado a la mayor demanda de bienes de capital y de servicios están impulsando las importaciones a máximos históricos que, de momento, se compensan por el récord de exportaciones del sector agrícola.
En plena época de cosecha gruesa, el ingreso de dólares alcanza para cubrir las necesidades del mercado interno pero pone en tensión la meta de acumulación de reservas comprometida con el FMI, que fijaba alcanzar US$ 4.100 millones de reservas netas para el final del primer semestre.
Sin embargo, en los primeros cinco meses del año el Banco Central (BCRA) acumuló US$ 1.899 millones en compras netas en el mercado cambiario, pese a que el sector agroexportador liquidó US$ 4.231 millones en mayo -máximo registro para ese mes- y US$ 15.329 millones en lo que va del año, un 15,2% más que igual período el año anterior.
Las dificultades de la autoridad monetaria para sumar reservas responden, entonces, al fuerte aumento en el nivel de importaciones.
Según datos de la balanza comercial que registra el Indec, el saldo comercial al cierre del primer cuatrimestre -últimos datos oficiales- fue de US$ 2.830 millones, producto de un aumento de las exportaciones (US$ 27.681 millones en total, +28,5% contra mismo período de 2021) pero aún mayor en las importaciones (US$ 24.852 millones, +41,6% en igual período). El año pasado, esta misma cuenta había dado un superávit de US$ 4.001 millones entre enero y abril.
«El problema es que el Banco Central no está acumulando reservas que necesita la economía para crecer e importar insumos e energía, cuyo precio llegó a cuadruplicarse a nivel internacional en los últimos meses», apuntó a Télam el director de análisis macroeconómico de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina.
«Si bien las exportaciones dieron un salto muy grande, acompañadas por una suba de precios internacionales, no están dando abasto para sostener el nivel de actividad que hoy está a niveles de final del año pasado y, además, acumular reservas», agregó.
En ese sentido, si bien el precio de los productos que exporta Argentina subió más que el de las importaciones (+22,5% contra +16,4% interanual, respectivamente, según datos del Indec), las cantidades importadas crecieron mucho más que las exportadas, 21,7% contra 4,8%, respectivamente.
«Lo que estaba pasando era lo obvio: todo lo que tiene olor a dólar, se compra. Las empresas adelantan importaciones de insumos y materias primas todo lo que pueden, además de que dos tercios del incremental importaciones está respondiendo a las importaciones de energía», apuntó a Télam Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica.
Puntualmente, entre enero y abril de este año la cantidad de dólares destinados a importación de bienes de capital creció 35,9% y los insumos para la producción o bienes intermedios creció 34,5%, mientras que la energía fue aún mucho mayor: 195,1%, según el Indec.
A esto se suma el aumento en la demanda de dólares para la cuenta de servicios: los fletes demandaron US$ 1.367 millones en el primer cuatrimestre, 77% más que el año pasado (fundamentalmente por un aumento del 43,1% del costo por tonelada tonelada transportada), mientras que los egresos netos por «Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta» fueron de US$ 1.731 millones, cuando el año pasado sólo se habían demandado US$ 773 millones por esta vía.
La pregunta en este escenario es cómo hará la autoridad monetaria para acumular en junio los cerca de US$ 2.200 millones que aún le restan para llegar al objetivo fijado de acumulación de reservas que exige el FMI para la primera mitad del año.
«Estamos en una paradoja, donde el nivel de crecimiento alto pero no logramos acumular reservas pese a que las exportaciones están en valores muy grandes por la mejora del precio internacional», sostuvo Sigaut Gravina. Y agregó: «El problema de no acumular reservas es que es una meta que te fija el cuerdo con el Fondo y que, si no se cumple, entrás en algo más complejo».
Para Delgado, una de las opciones que podría adoptar el Gobierno es la de «avanzar con una lógica de mayor control cuantitativo de importaciones, básicamente de mayores licencias no automáticas, restricciones cuantitativas y mecanismos diversos de comercio exterior».
«Evidentemente la Argentina está con niveles de importaciones mensuales muy por encima de su ingreso medio en dólares y, por supuesto, muy por encima también de los niveles de producción, con lo cual evidentemente algo hay que hacer», cerró Delgado.