En la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas quieren establecer un canal de comunicación de emergencia con las autoridades nacionales.
Les viene bien el ministro de Economía Sergio Massa, el secretario Juan José Bahillo, o quién sea que esté en capacidad de oír sus reclamos con alguna capacidad de dar respuesta. Sucede que están temerosos de las consecuencias sociales derivadas de otra oleada de desaparición de tamberos. El sector lleva décadas soportando que los productores más grandes se queden con los tambos de los más chicos, lo que impacta en la calidad de vida de las familias rurales.
Consignan que la actividad está inmersa en una crítica situación producto de una serie de problemas como, -enumeraron-, la continuidad de la sequía, que ya lleva tres años imponiendo su rigor; la baja de precios internacionales de leche en polvo; la suba de costos de la ración de las vacas primero por la guerra de ucrania y luego por efecto del dólar soja; los precios de los productos derivados del tambo atados a la pauta oficial del 4% mensual ; y los costos en dólares de insumos como cartón, plástico y, repuestos que suben a la pauta de devaluación del oficial.
Para los directivos de la entidad resulta urgente lograr una recomposición del precio al tambero para evitar un cierre de tambos y caída de la producción que resultaría en faltante de leche para el otoño, tradicional época de baja de la producción.
“Las Pymes lácteas vamos a tener que trasladar inevitablemente estos aumentos de costos. Los mismos superan ampliamente el cuatro por ciento pretendido por el Gobierno para las góndolas” determinaron en un tramo del texto divulgado en los medios.
Razonaron con que la lechería, por tratarse de una economía regional de altísimo impacto económico y laboral en las comunidades donde se desarrolla, tanto la actividad primaria como la industrial, necesita un criterio acorde en cuanto a las llamadas retenciones, que marque la eliminación completa de este impuesto para garantizar la continuidad de las exportaciones.
En consecuencia, solicitan “una convocatoria urgente de toda la cadena láctea por parte del Gobierno Nacional, para plantear de manera directa ante las autoridades todas estas variables que ponen en riesgo a la actividad productiva e industrial y buscar conjuntamente las soluciones posibles”.