Este año se cumplen 30 años de la creación del Centro de ayuda al Niño. En el marco de éste aniversario, profesionales contaron cómo fue el surgimiento de este centro asistencial para menores.
La psicóloga Claudia Bolzán, quién trabaja en el C.A.N. desde su fundación comentó que en su momento se trató de algo muy inédito, novedoso e innovador.
Bolzán relato que en 1988 comenzaron a realizarse una serie de reuniones, «en ese contexto empezamos a recabar las necesidades de las escuelas. Lo importante de éste proyecto es que surgió de la demanda de éstas» dijo. Los problemas que se planteaban eran desde dificultades en el aprendizaje, hasta problemas familiares, y cuestiones de agresividad. Debido a estás cuestiones las escuelas comenzaron a pedir asesoramiento.
En ese momento se empieza a trabajar de manera articulada con el equipo técnico de la escuela especial que venía trabajando con la modalidad de trabajo interdisciplinario. Y a la vez desde la Municipalidad se empieza a querer buscar solución a este tipo de problemas y se empieza a pensar en un proyecto, del cual participaron de su elaboración varias profesionales de la ciudad. El objetivo era ayudar a las familias y a las instituciones educativas.
Bolzán también comentó que la municipalidad, al asumir éste compromiso de convirtió en la primera municipalidad de la provincia en tener un un servicio educativo a expensas de sí misma. Y mencionó que fue difícil en aquella época persuadir y concientizar a la población al respecto de la importancia de la creación de este centro. » Había que concientizar acerca de la necesidad de que esos chicos superen sus dificultades y no las arrastren por generaciones; sobre todo pensando en el tema de la salud mental y el desempeño escolar, que para nosotras era muy importante porque es un factor de integración, de inclusión, de superación y también por supuesto, que es un factor muy importante en relación a la educación, Y al trabajo que nos caracteriza como crespenses», dijo.
Inicialmente los docentes estuvieron a cargo de hablar de las formas de trabajo a los padres. Era necesario explicar a los padres que los chicos necesitaban una evaluación, un tratamiento fonoaudiológico, psicopedagógico, psicológico, cómo era el sistema de tratamiento, y que era por turnos, y citas que había que complir. Todo eso se realizó primero en las instalaciones del Centro comunitario para pasar más adelante a tener la institución física que además hoy cuenta con una cámara Gessel. Los métodos de trabajo van de interdisciplinario a transdisciplinario.
Otra de las profesionales que participaron en la fundación éste centro es la fonoaudióloga Silvia Di Franco. Detalló que desde el centro se hacía prevención porque se trabajaba en conjunto con las escuelas de la ciudad observando a los niños de las salas de jardines de infantes. En caso de que existiera algún problema se detectaba y comenzaba a tratar de forma temprana en el Centro de Ayuda al niño.
Por su parte, Beatriz Roskopf, quien trabaja como Asistente Social para el centro contó que su labor en la institución comenzó en 1991. Su trabajo consistía en acompañar a las familias, con entrevistas a domicilio, por inasistencia a las sesiones, por abandono de tratamiento, averiguar por consultas médicas cuyas profesiones no estaban todavía en Crespo como lo eran psiquiatría, neurología infantil.»Nos íbamos y los trasladábamos a Paraná», comentó. Se hacía también el seguimiento,y la intervención.
Roskopf explicó fue un equipo diverso de personas trabajando de manera conjunta, cada uno dentro de su campo. Además mencionó que la municipalidad brindó el apoyo económico, y también hubo apoyo de todas las instituciones educativas y de los padres, quienes siempre valoraron mucho el trabajo del Centro.» Todos estamos contentos del trabajo que hemos realizado…recibimos reconocimiento de la escuela en su momento, de los padres creo que en todo momento, y de los chicos, ahora que no son tan chicos, también.» finalizó.
Otra de los testimonios fue el de Claudia Arn, Psicopedagoga. Su rol era elaborar una estrategia junto con las escuelas para trabajar sobre los casos que requerían atención particular y un posterior tratamiento. También hizo énfasis en la importancia del trabajo interdisciplinario, el incluir a los padres y el hacer un seguimiento de los casos.»El abordaje interdisciplinario, que era lo fundamental y lo que más valoro del trabajo del centro de Ayuda al Niño, fue muy completo y muy oportuno. Para Crespo creo que fue una oportunidad importantísima, el hecho de contar con un espacio desde donde se pueda trabajar de esta manera». También se expresó acerca de los frutos que dió el trabajo con el Centro de ayuda al Niño, refiriéndose al avance que tuvieron muchos niños gracias a las tareas preventivas.
Mercedes Folmer, Psicopedagoga, contó que desde el inicio se trabajo con las demás instituciones de la ciudad de Crespo, recibiendo sus inquietudes y posteriormente trabajar de manera interdisciplinaria respondiendo a problemáticas que las escuelas no podían abarcar. » La respuesta que intentamos dar como institución, siempre fue un abordaje, que responda a esa complejidad, entonces trabajamos siempre desde la modalidad de la interdisciplina…nuestro equipo siempre estuvo constituido por psicopedagogas, psicólogas, fonoaudióloga y trabajadora social, y por supuesto con una gran relación con las demás instituciones de la comunidad de Crespo…justamente desde una mirada integral desde un comienzo, eso fue el objetivo de nuestro trabajo y nuestra modalidad», comentó. También mencionó que siempre se buscó aprender desde el Centro sobre otros métodos de tratamientos novedosos para aplicar desde la interdisciplina.
SOLNoticias