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Luego de la ratificación del fallo del Superior Tribunal de Justicia de la provincia (SJT) respecto de las distancias para las fumigaciones agrícolas, los productores de Entre Ríos decidieron movilizarse este jueves en Paraná, frente a la sede de Gobierno y del Poder Judicial, en rechazo a una restricción para las aplicaciones.

El año pasado, un reclamo de grupos ambientalistas y docentes llevó a un juez a prohibir las aplicaciones a menos de 1000 metros de las escuelas rurales para las pulverizaciones terrestres y 3000 las aéreas. En octubre pasado, la Sala de Procedimientos Constitucionales de STJ, en voto dividido, confirmó la sentencia. Luego, el gobernador Gustavo Bordet, a través de un decreto, estableció que las distancias de exclusión serían de 100 metros las terrestres y 500 las aéreas.

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El 4 de febrero pasado, los ambientalistas y docentes presentaron un recurso de amparo para declarar la nulidad del decreto de Bordet y el STJ lo dejó sin efecto.

Para el campo, son cerca de 360 mil las hectáreas afectadas (20% de la superficie total de la provincia) por la norma en 1095 escuelas rurales. Unas 320 hectáreas por escuela rural quedan afectadas para las aplicaciones terrestres, mientras que en las aplicaciones aéreas el número de hectáreas alcanza a las 2800 hectáreas por cada establecimiento rural.

Unos 250 ruralistas se reunieron en Crespo para analizar los pasos a seguir. Se decidió para este jueves «convocar a una movilización en Paraná, frente al Palacio de Gobierno y al poder judicial de la provincia, para visualizar la problemática en cuestión».

Walter Feldkamp, director de la Sociedad Rural Argentina (SRA) en Entre Ríos, contó que el sector está «sin certezas para producir».

«Necesitamos celeridad política, si bien el gobierno provincial tiene voluntad política y acompaña al sector, no existe una firme decisión de solucionar la cuestión de fondo», dijo. Agregó: «Los tiempos biológicos del campo no esperan y necesitamos respuestas urgentes para diagramar las diferentes producciones».

El sector agropecuario representa el 40% del PBI entrerriano. «No son solo las hectáreas afectadas, sino lo que se desarrolla alrededor de la agricultura: puestos de trabajos, transporte, el comercio en los pueblos, todo se perjudica», reclamó.

Además de trigo, soja y otros granos, Entre Ríos es una provincia productora de frutales por antonomasia. «En el caso de los cítricos, al ser plantaciones perennes y no aplicar agroquímicos en el momento justo, si aparece una plaga no solo se puede perder la producción del año sino que también la afección en la planta puede tornarse irrecuperable», concluyó Feldkamp.

(La Nación)

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