La nota escrita por Tomás Jumilla, titulada Leoncio Álvarez (testimonio de valor y coraje), nos sitúa en mayo de 1937, mes en el que el otoño deja sentir su pachorrienta y silenciosa calma, tostando con sus madrugadas la vegetación lugareña, indica la crónica. Y prosigue:
En un lugar de mi Entre Ríos, y a 45 Km de la ciudad de Paraná, capital de la Provincia, se encuentra el paraje que fue conocido como “Estancia los Cuestas”, luego “Aldea Cuestas”, hoy conocido como Aldea San Rafael, en el Distrito Espinillo. Una llamada telefónica desde el Almacén “La Libertad” de Don Antonio Luis Cabrol, situado en San Rafael, alertaba al destacamento policial de Aldea Eigenfeld, que tres personas desconocidas, y en aparente actitud sospechosa, habían sido vistas en dicho almacén. Según se supo después, los desconocidos eran protagonistas de varios hechos delictivos, y buscados por la policía con captura recomendada.
El destacamento de Eigenfeld recibía un telegrama de la Jefatura de Policía de Paraná, que decía que “Tres maleantes con frondoso prontuario y captura recomendada, frecuentan la zona. Se hace saber al personal que deben salir en persecución se tales individuos”. Las órdenes de los superiores fueron terminantes: ¡detenerlos!
Aquellos tiempos no eran como ahora –sigue la publicación- la falta de personal, sin medios de movilidad, solo se contaba con el caballo como único medio de traslado, y entre que un caballo no estaba en el piquete, otro agente que se encontraba de recorrida.
Lo cierto es que el Sargento Leoncio Álvarez resolvió salir solo a cumplir las órdenes impartidas por sus superiores, sabiendo de antemano que no iría a una simple cacería y sin más compañía que la fe puesta en Dios y el coraje puesto en sí mismo, el inevitable encuentro llegó. Y en aquella soleada mañana de mayo, aproximadamente a las 11 horas se produce el tiroteo, en el paraje conocido como “Campo Jumilla”, en el Distrito Espinillo, a 5 Km de Aldea San Rafael.
Todo comenzó cuando al darle la voz de alto, le contestaron con estampidos y plomos que buscaban un blanco entre nubes de humo, con olor a pólvora quemada, y de ahí en más, todo es historia.
Reitú, que comandaba la banda, con un proyectil en el muslo alcanzó a esconderse en un maizal, luego buscó refugio en una casilla de unos alemanes, donde fue sorprendido por la policía, mientras su compañero quedaba mal herido en el suelo.
El valeroso Sargento Álvarez alcanzó a llegar hasta un árbol de ñandubay, herido, bajando de su caballo y siendo socorrido por vecinos que lo trasladaron a Paraná. Según se supo después, el propósito de los bandidos había sido asaltar el almacén de Ramos Generales “La Libertad” propiedad de Don Antonio Luis Cabrol, almacén de campaña muy surtido en la zona en aquella época, pero al fracasar el intento de asalto, uno desistió de la banda, y abandonó el grupo rumbo a Crespo, donde más tarde fue capturado en el kilómetro 28, hoy Villa Fontana, mientras que los otros dos seguían camino a Seguí. Los tres maleantes eran: Reitú, jefe de la banda, Sánchez y Pérez.
Este episodio que terminó con dicha banda se llevó a cabo el día 5 de mayo de 1937.
Leoncio Álvarez había nacido en 1894, siendo sargento de Policía y prestando servicios en el destacamento policial de Aldea Eigenfeld. En histórica hazaña perdió la vida al día siguiente del hecho, un 6 de Mayo de 1937, a los 43 años de edad. A causa de dicho tiroteo murió también el maleante Sánchez.
Los restos del valiente servidor público descansan en el cementerio de San Benito, localidad cercana a 6 km de Paraná, donde una placa de bronce dice: “recuerdo de tus amigos Distrito Espinillo, mayo 5 de 1937”. Testimonio del valor y el coraje a quien perdió la vida por la causa que la Justicia le había encomendado.
Otra placa se encuentra en la Casa de Gobierno de Paraná, recuerdo de sus camaradas a los caídos en el cumplimiento del deber. Este en uno de los tantos hechos históricos que tiene como escenario al Distrito Espinillo en el Departamento Paraná.
Nota: Este testimonio de rescate histórico fue requerido a Sr. Vicente Álvarez, de 80 años de edad, hijo de aquel bravo Sargento Leoncio Álvarez.