Revisar la carga hídrica ya es una tarea esencial para cualquier labor.
Desde fines de abril no hay lluvias abundantes y este panorama de sequía, junto a las heladas que se han sucedido a lo largo de junio y julio, configura un escenario estresante que ha puesto en zona de riesgo a muchos lotes de trigo.
“La sequía se expande en Argentina”, señaló, sin medias tintas, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en un mensaje compartido a través de su cuenta en la red social X.
“En los últimos tres meses, debido a la falta de lluvia, se agravó la situación en la zona núcleo”, agregó el organismo. Al respecto, compartió un mapa del Centro Regional del Clima para el Sur de América del Sur que muestra en tonos rojizos las zonas más afectadas, con sequía entre “extrema” y “excepcional”, que abarcan fundamentalmente a regiones de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
Por su parte, el informe semanal de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) también hace foco en la falta de agua que se está profundizando en el país. “Sin lluvias, continúa el lento desecamiento de los perfiles hídricos”, señaló la ORA.
De la región indican que en Entre Ríos y Santa Fe, donde las temperaturas de la semana fueron más altas, el desecamiento es claro. En el mapa actual predominan en estas provincias los almacenajes regulares a adecuados.
Vale recordar que esto ocurre mientras se aguarda que se active definitivamente el fenómeno La Niña, lo que podría significar el riesgo de que estas condiciones se acentúen.
Sin embargo, por ese lado, la ORA trajo algo de alivio: confirmó que continúa el enfriamiento del Océano Pacífico, lo que implica que el fenómeno tendría una intensidad débil.
“Si bien la probabilidad de que el fenómeno La Niña sea el telón de fondo de la campaña 2024-2025, los sucesivos pronósticos van mostrando un enfriamiento cada vez más débil”, resumió el organismo que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Según la ORA, ante la posibilidad de una primavera y verano bajo la influencia de La Niña, se magnifica la expectativa por lluvias invernales suficientes como para encarar la campaña con reservas profundas bien recargadas.