Los vecinos del barrio Urquiza de Diamante fueron desalojados cuando la zona estaba en riesgo. La barranca descendió dos metros de ancho por unos 70 metros de largo, por 35 de profundidad. Ahora, los vecinos piden volver a sus hogares “porque las casas no tienen grietas ni rajaduras”.
Al respecto, manifestaron que “la jueza de familia jamás pisó las viviendas” y que las decisiones fueron tomadas “por lo que le dijeron las autoridades municipales, en lugar de presenciar personalmente cuáles eran las condiciones de las casas”. En ese sentido, afirmaron que las viviendas “no tienen grietas ni rajaduras.
“Fuimos maltratados y el intendente Lénico Aranda huyó para no hablar con nosotros. Nos toman por ignorantes porque somos familia de pescadores o vivimos al lado del río”, agregaron los vecinos.