El exfutbolista del FC Barcelona y del PSG fue encontrado culpable en el juicio que se le siguió por haber abusado sexualmente de una joven de 23 años en una discoteca de la ciudad catalana en diciembre de 2022.
El futbolista brasileño Dani Alves fue condenado a cuatro años y medio de cárcel por haber violado a una mujer en los baños de una discoteca de Barcelona, anunció este jueves un tribunal de esa ciudad española.
Los magistrados consideraron «acreditado que la víctima no consintió y que existen elementos de prueba, además del testimonio de la denunciante, para entender probada la violación», en su decisión publicada dos semanas después del final del juicio.
El tribunal le impuso 5 años adicionales de libertad vigilada, orden de alejamiento de la víctima por 9 años y medio y el pago de una indemnización de 150.000 euros (unos 160.000 dólares).
El exfutbolista del FC Barcelona y del PSG, de 40 años, puede recurrir la sentencia.
La Fiscalía, que dio credibilidad al relato de la denunciante desde el inicio de las investigaciones, pedía para él una pena de nueve años.
Su defensa, sin embargo, había solicitado su absolución y, en caso de condena, su letrada había evocado el consumo de alcohol como una de las posibles atenuantes.
Al igual que durante el juicio oral, celebrado entre el 5 y el 7 de febrero, Alves fue conducido este jueves a la Audiencia de Barcelona en un furgón policial desde la prisión española en la que lleva recluido 13 meses para recibir la sentencia.
Dani Alves estaba acusado de haber violado a una joven en un baño de la discoteca Sutton de Barcelona en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022.
De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en una zona reservada de ese local de moda en la que Alves -que era conocedor del establecimiento y estaba allí con un amigo- habría coincidido con la mujer, quien iba acompañada de una prima y una amiga.
La Fiscal, Elisabet Jiménez, consideró durante el juicio que la mujer presentó un «relato absolutamente creíble» desde que se iniciaron las investigaciones, y aseguró que Alves usó la «violencia» para forzar a la joven, que «hizo lo que pudo» para zafarse.
Protegida por medidas para preservar su anonimato en un juicio de gran expectativa mediática, la denunciante, que todavía sigue en tratamiento psicológico, declaró a puerta cerrada.
También lo hicieron sus dos acompañantes aquella noche, que apuntalaron su versión al describir el estado de nervios en el que encontraron a la joven, quien según su amiga salió del baño «llorando desconsolada» y les contó que Alves le había hecho «mucho daño».
El futbolista, que tomó la palabra el último día y sólo respondió a las preguntas de su abogada, negó sin embargo que hubiera ejercido cualquier tipo de violencia y reiteró que las relaciones habían sido consentidas.
«Podía salir en cualquier momento, no estaba obligada a estar allí», aseguró Alves sobre la joven, durante una declaración en la que aseguró que no es «un hombre violento».
El tribunal escuchó a casi una treintena de testigos, entre ellos policías y empleados del local que atendieron a la denunciante, quienes incidieron igualmente en su estado de «shock», así como su reticencia inicial a denunciar.
Los testimonios del entorno de Alves se centraron, de su lado, en resaltar que el futbolista había bebido mucho, aunque su amigo Bruno, el único que lo acompañaba aquella noche, indicó que mantuvo una «química respetuosa» con la mujer.
Dani Alves, uno de los futbolistas más laureados de la historia, jugó en clubes como el Sevilla y la Juventus de Turín, además de formar parte del exitoso Barça de Messi y Guardiola.
Cuando ocurrieron los hechos se encontraba brevemente en Barcelona, tras regresar del Mundial de Catar.