Si bien el stock ovino en la Argentina se concentra en mayor parte en la Patagonia con el 56 % de los animales, la región centro aumentó un 16 % la cantidad de cabezas.
Frente a este escenario, un equipo de especialistas del INTA reconoce que la cría intensiva de ovinos surge como una oportunidad productiva para la región.
De acuerdo con Belén Morlacco, “hay una oportunidad” en el negocio de producir carne ovina y hay “un paquete tecnológico hoy disponible para poder maximizar su potencial”.
Respecto al stock entrerriano, y según datos de 2020 informados desde el Servicio Nacional de Sanidad Animal, existe un total de 601.919 ovinos distribuidos en todo el territorio; con una mayor concentración en los departamentos del centro norte. Lo cierto es que la irregularidad aún domina a la cadena de valor y, es muy probable, que el stock sea muy superior a lo conocido oficialmente.
Debe destacarse que en Entre Ríos, la actividad tiene un alto potencial para desarrollarse y complementarse junto a otras producciones ganaderas.
En cuanto al concepto de cría ovina intensiva, la especialista reconoció que “inicialmente fue pensado para campos agrícolas con excelente aptitud de suelo y de condiciones ambientales, en los que se desarrolla la agricultura entre un 70 a 80 % de su superficie”. A la par, en el 25 % de la superficie se siembran pasturas de alta productividad y, de esa manera, logran diversificar la producción primaria que es la agricultura y complementarla con una con la producción de carne ovina.
A su vez, dio un paso más al asegurar que “tanto la ganadería ovina como la bovina son remediadores de los sistemas: son sanadores, recuperadores de suelos y hacen que los sistemas agrícolas sean sostenibles en el tiempo bajo el concepto de la rotación agrícola con pasturas perennes y con animales comiendo, bosteando, aportando materia orgánica al sistema y en este circuito de circulación de nutrientes y de recuperación de suelo”.
De todos modos, reconoció que es necesario adecuar al circuito de faena para sumar a la actividad ovina. “Tener un punto de faena de la producción, posibilitaría entrar en el circuito legal de comercialización de productos y subproductos en carnicerías que potenciaría la aparición de intermediarios como productores, recreadores, engordadores y abastecedores que hoy no está desarrollado como en otras producciones cárnicas”.
Según Morlacco, la diferencia entre la cría ovina intensiva a uno extensivo radica “en la productividad, en la calidad del producto, en la extensión, en la duración del sistema productivo y en la rentabilidad, en el recupero del capital invertido”.
En este sentido, detalló que la cría bovina intensiva es un sistema que trata de maximizar la producción con un producto pesado, un borrego o borrega de producción de carne de 50 kilos en un plazo no mayor a 150 días y donde el refugio de la oveja y del carnero son productos bien encarnados de muy buena calidad carnicera y aptos también para el consumo.
El sábado 15 de junio de 8 a 18 horas se realizará en la sede de Sociedad Rural de Venado Tuerto, en Santa Fe, la Jornada Internacional “Potenciando el sector ovino en la región centro del país”.
El encuentro internacional es organizado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (FCA-UNLZ), con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y las Cátedras de Ovinos de las Universidades de Región Centro del país. Además, tendrá la participación y auspicio del Municipio de Venado Tuerto y el Gobierno de Santa Fe.
La jornada abordará diferentes temas vinculados a diversos factores como la alimentación, el manejo y los sistemas de producción que permitan realizar los cambios necesarios para producir una carne ovina de mejor calidad.