Así lo aseguró la ministra de Salud de la provincia, Sonia Velázquez. Anticipó además que la circulación comunitaria «va a suceder y no podemos vivir eternamente en cuarentena. Es necesario planificar la atención»
Los últimos indicadores dan cuenta que en Entre Ríos el cuadro de situación epidemiológica está controlado, con 29 casos confirmados de Covid-19, es una de las provincias que comenzaron a flexibilizar nuevas actividades económicas y habilitó las salidas de esparcimiento, expresó.
En sus definiciones más salientes, la titular del Comité de Organización de Emergencias Sanitarias (COES), dijo que “la circulación comunitaria va a suceder, porque el virus busca circular y no podemos vivir eternamente en cuarentena. Ahora que se han habilitado las actividades económicas, inferimos que a mayor circulación de población, la circulación viral va a ser mucho más importante. De hecho es así en las etapas donde circula cualquier virus respiratorio, ya sea la influenza y la bronquiolitis”.
El lado B de la pandemia
Según un estudio de Asociaciones de Clínicas, Sanatorios y Hospitales de la República Argentina la población dejó de atenderse en hospitales y clínicas por consultas, estudios de diagnóstico y emergencias por temor a contagiarse el coronavirus.
La ministra aseguró que tal situación se replicó en Entre Ríos. «Cuando se emite la medida cívica de la cuarentena, la gente tomó distancia de todo. Lo que seguimos de cerca con los programas de salud es a las personas con diabetes, los trasplantados y aquellos que tienen tratamientos oncológicos. Estuvimos atentos en seguir monitoreando a estas personas que están nominalizadas para poder llegar con el medicamento, con la receta electrónica y que no quedaran aisladas, sin contención y sin atención sanitaria.».
La funcionaria agregó que hay una particularidad en esto, ya que teníamos un modelo basado en lo episódico y en la atención a demanda. Esto significa que la población va a solicitar la atención de salud. Lo que buscábamos siempre definir desde la estrategia sanitaria era que cada efector de salud tenga una población nominalizada para poder desarrrollar una estrategia de planificación de los recursos, tanto de insumos como de equipamiento.
Pero ahora debemos «planificar la atención»; prueba de ello han sido los recursos para inmunizaciones, los insumos para atender a la población con diabetes o insulinodependientes. Queríamos que no quedara solamente en la estadística provincial, sino que cada centro de salud pudiera hacer el mismo trabajo: se tuvo que concientizar que era un modelo posible. Se debe analizar a la población con sus determinantes sociales, económicos, habitacionales, geográficos y su perfil de situación sanitaria.
Esta pandemia debe ser una oportunidad para poder cambiar el modelo, no para dejar a la población confinada en su casa y que no reciba atención. Tenemos que ir en búsqueda de esa población, llegar en tiempo y en forma, programada y planificada. De esa forma ahorramos mucho en cuanto a la optimización de los recursos, pero también en la calidad de la atención. Si uno llega a tiempo en la prevención, es muy probable que posteriormente la persona con factores de riesgo no se convierta en una persona insulinodependiente ni llegue a la etapa de un trasplante. Eso requiere de una captación y seguimiento tempranos, una adherencia del tratamiento porque culturalmente la población quiere el medicamento: se considera que el medicamento es el insumo que va a realizar una solución a su consulta sanitaria. El medicamento es importante, pero en el equilibrio justo.
(UNO)