La Ley 25.422 para la Recuperación de la Ganadería Ovina abarca todos los eslabones de la cadena productiva, y legal provee de fondos a los productores. El gobierno provincial ejecutó en 2022 fondos por más de 50 millones de pesos.
La Ley 25.422 fue promulgada en 2003 y abarca todos los eslabones de la cadena productiva, principalmente al sector primario, pero también sectores como el industrial y el comercial.
Exequiel Alvarenque, -presidente de la Unidad Ejecutora de la Ley desde 2015 y director de Producción Animal de Entre Ríos-, indicó al respecto que mediante este fondo, el año pasado se ejecutaron más de 50 millones de pesos para 28 productores, que recibieron dos millones de pesos en promedio.
Tal herramienta financiera tiene dos años de gracia, a valor en pesos, y “realmente termina funcionando como un aporte no reintegrable debido al proceso devaluatorio que estamos sufriendo” advirtió. Incluso añadió que “la continuidad de esta ley hace que tanto los productores que integran la mesa como los posibles beneficiarios tengan absoluto conocimiento y confianza de que la Ley está presente, y que el productor puede disponer de esos fondos porque un gran porcentaje de los mismos va hacia el sector productivo primario. En ese sentido, estamos convencidos que son herramientas que trascurren más allá de una gestión de gobierno”.
A su vez, especificó que, a pesar de tratarse de especies diferentes, la cadena avícola con el pollo parrillero y la porcina con los cortes trozados, son buenos ejemplos a la hora de repensar la comercialización de la carne ovina. “La potencialidad del ovino es similar a la de estas dos carnes: el trozado es una opción clara para potenciar las ventas” dijo y complementó con que el hecho de que para las fiestas aparezcan en las góndolas de los supermercados corderos patagónicos o de otras regiones inquieta, “ya que nuestro cordero mesopotámico tiene sus cualidades y no tiene nada que envidiarle a los demás en cuanto a sabor y calidad en general, la cual ha venido creciendo”. Señaló también que la interesante cantidad de cabañas ovinas en la provincia ha llevado a mejorar la calidad de la carne, y que es deber del Estado el fomentar el consumo.
Las cifras oficiales de ovinos del año pasado dan como resultado un crecimiento de 30.000 cabezas respecto del año anterior. Según el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) se contabilizaron 650.000 ovinos en 2022 en Entre Ríos y 620.000 en 2021. “Consideramos que esto se debe a un proceso de blanqueo de muchos productores que pasan de la producción informal a la formal, pero que a su vez este fenómeno viene de la mano también de un franco crecimiento de la actividad”, sentenció Alvarenque.