Gustavo Werner, periodista de Crespo, se dedica también a la animación y conducción de eventos. Hace un tiempo comenzó a conducir y oficiar casamientos donde los novios dejan de lado la religión. Su historia.
Muchas parejas siguen eligiendo el casamiento como una manera de sellar su amor “para siempre”. La costumbre indica que los novios pasan por el registro civil y luego, según las creencias de cada uno, por la ceremonia religiosa. Sin embargo, hoy en día existen alternativas valiosas, llámese “ceremonias no tradicionales”, ceremonia laica, bodas simbólicas, sin religión; y cada día crecen más. Generalmente, una persona es la encargada de “conducir u oficializar” la unión.
Gustavo Werner, periodista de Crespo, se dedica a la animación y conducción de eventos, pero hace un tiempo comenzó a ser “casamentero”. “Después de tanto cosas que pasaron y pasan durante la pandemia, que nos afectó a todos, uno aprendió a reinventarse permanentemente”, contó a Elonce Gustavo.
Inició esta actividad por un colega que se casaba, lo convocó para encargarse de conducir la ceremonia y le contó de que se trataba. «Empecé a investigar. Descubrí que es un gran mundo que se da, sobre todo, en las grandes ciudades y de a poco va llegando al interior”.
La primera boda que “oficializó” fue en Crespo. “La idea del casamiento es igual a la tradicional, sino que después del registro civil, los novios van al salón y ahí se da una celebración que deja de lado lo religioso”.
Para poder realizar la ceremonia, Gustavo realiza un trabajo previo: “conocer a los novios”. Investiga y dialoga con ellos sobre su historia y sus proyectos. “Cada pareja le da su toque especial, muchos hacen participar a los familiares y se desarrolla como ellos quieren”.
“Los tiempos van cambiando y hay que adaptarse. Hay oportunidades para todos, incluso para los que no quieren pasar por una ceremonia religiosa”, finalizó.