Comienza una campaña para recaudar fondos y mantener la infraestructura de edificio que cumple 50 años en octubre.
En la historia de Valle María, la fe ha ocupado un lugar preponderante. Ella era expresada y exteriorizada en la institución Iglesia, que influía en todos los ámbitos de la vida. Por eso, desde el inicio del diseño de la aldea, los primeros pobladores dejaron un espacio central de casi dos manzanas para el templo y la escuela. La administración central de la Parroquia, que abarca toda la Colonia General Alvear, desde sus inicios hasta la actualidad ha estado en Valle María.
El templo actual de la Parroquia Inmaculada Concepción de la Virgen María, más precisamente la nave central y el presbiterio, cumplirán el 24 de octubre sus 50 años. Mientras que la actual torre fue inaugurada el 26 de enero de 1924. El esfuerzo puesto en la construcción fue enorme y llevó aproximadamente 10 años. Fue el resultado de un gran compromiso de comisiones y vecinos de toda la comunidad parroquial. Los “bienhechores” fueron personas fundamentales, ya que donaban asiduamente durante muchos años.
Otra vez
Es momento ahora de encontrar otra vez la manera de colaborar para mantener su infraestructura. Son especialmente necesarios varios arreglos importantes en la torre-campanario y limpieza en revoque.
Para ello, la actual Comisión Económica Parroquial, con el apoyo y aporte de la Municipalidad, decidió realizar convocatorias y gestiones que permitan reunir los fondos para hacer frente a los arreglos necesarios.
Por este motivo, llegará a los hogares de todos un sobre de aporte como “Bienhechor” (“hacer el bien por un bien trascendente”). Así, quien lo desee podrá contribuir con los trabajos de restauración.
El sobre será recibido el 13 de junio, de 10.00 a 17.00, frente al templo, en una urna. Al entregar el sobre, cada uno recibirá un número para participar de diversos sorteos que se llevarán a cabo a las 17.00 en la plaza.
“Estamos convencidos de que, si nuestros mayores pudieron construir tan majestuoso templo, que ha trascendido el valor religioso y se ha convertido en Patrimonio Histórico Arquitectónico de la Provincia, nosotros podremos realizar las obras necesarias en su fachada exterior, realzando la belleza que lo caracteriza. Asumamos todos el espíritu de los bienhechores, de “hacer el bien por un bien trascendente”, indicaron los organizadores.