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La semana pasada se observó un salto en el precio de la hacienda bovina, que luego se trasladó a los precios de la carne en el mostrador. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) el aumento promedio de los cortes rondó el 10 por ciento en noviembre, y podría haber otro salto del 10 por ciento antes de fin de año.

 

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Pero Leonardo Rafael, titular de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), en lugar de hablar de aumento prefiere describirlo como una recomposición, y opina que difícilmente haya otro salto significativo en los precios antes de las fiestas.

“La suba de la semana pasada fue producto del clima, porque llovió y se retuvo, no se pudo sacar mucha hacienda del campo. La carne no tiene variación desde diciembre del año pasado, o sea, un año, estaba muy atrasado el valor. Esta es una recomposición de precios que estábamos esperando para enero y llegó antes. Ahora no creemos que haya nuevas subas de acá hasta las fiestas salvo que haya alguna lluvia muy complicada, este es el precio, se estabilizará por acá”, afirmó en diálogo con Clarín.

Lo concreto es que en el mercado de hacienda de Cañuelas el novillo para faena, que desde comienzos de marzo y hasta el miércoles 20 de noviembre no llegaba a los 2.000 pesos por kilo de promedio, el pasado miércoles 27 alcanzó los 2.250 pesos por kilo; y el novillito, que estaba en 2.090, llegó a 2.400 pesos por kilo. La única categoría que no mostró una variación tan marcada fue la vaca, que ya venía con precio sostenido por la demanda constante proveniente de China.

Lo primero que se observa es algo que menciona Rafael y que se venía anticipando que tarde o temprano iba a suceder: una marcada merma en la oferta de animales. Las últimas semanas los volúmenes diarios alcanzaban aproximadamente los mil novillos y 2.400 novillitos y la semana pasada promedió los 700 novillos y 1.800 novillitos.

Para anticipar lo que puede llegar a ocurrir en las próximas semanas hay que trazar tendencias de oferta y demanda. La oferta de animales seguramente será cada vez menor por una cuestión estacional y hasta puede sufrir nuevos baches como mencionó el directivo de Camya, pero en comparación con otros años sigue siendo alta.

Según el último informe de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), el eslabón de la cadena previo a la llegada de los animales al consumo, el porcentaje de ocupación de corrales a comienzos de noviembre era del 66 por ciento, inferior al de los últimos siete meses e inferior también al de noviembre de 2023, año caracterizado por una abundante oferta, pero superior al de noviembre de 2022, 2021 y 2020. El promedio para esos años es del 53 por ciento de ocupación.

Pero la CAF también indica que el índice de reposición de los corrales fue en noviembre de 0,83 animales ingresados por cada animal que salió a faena. Para tener referencia, en noviembre de 2023 ese índice era de 0,96. Es decir que el vaciado de corrales es más rápido que un año atrás, lo cual puede augurar el mencionado salto en el precio.

Habrá que ver entonces qué sucede por el lado de la demanda, en un contexto de fuerte caída del poder adquisitivo pero con el consumo de carne en un piso difícil de seguir perforando, y con los asados de Navidad y Año Nuevo a la vuelta de la esquina.

La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra) estimó que como consecuencia de la retracción en la venta, el consumo de carne vacuna per cápita en la Argentina se redujo 11,2 por ciento interanual a 47,2 kilos anuales, el nivel más bajo en 28 años. ¿Será la hora de un rebote en el consumo que le de incentivos al precio? ¿O será el precio un impedimento para el rebote en el consumo de carne?

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