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El complejo de alta bioseguridad cuenta con 9 núcleos destinados a cría de aves.

 

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Grupo Motta abrió en Conscripto Bernardi su nuevo complejo productivo integrado, Cobise 2, de Cabaña Avícola Feller.

La búsqueda de eficiencia, la incorporación de tecnología, la inversión estratégica bajo estándares mundiales de bioseguridad son los ejes del presente y el futuro del sector avícola y es donde se disputa gran parte de su competitividad. Por ello la cuantiosa inversión de Grupo Motta, acompaña el crecimiento y desarrollo del sector que ha logrado posicionar el consumo de carne de pollo en la proteína animal más consumida en nuestro país.

El Complejo de alta bioseguridad, Cobise 2, cuenta con 9 núcleos destinados a crianza y producción, con una capacidad de alojamiento para 180.000 aves y un potencial de producción anual de 30 millones de huevos fértiles. Además, cuenta con una planta de alimentos balanceados con una capacidad de producción de 5 toneladas por hora. La nave central se proyecta para producir mensualmente 900.000 pollitos, en una primera etapa, y prevé duplicar esta capacidad para el año 2025.

“Estamos en pleno monte, al norte de la provincia de Entre Ríos y en el día de hoy no estamos inaugurando, sino que estamos poniendo en marcha un complejo que es resultado de un trabajo continuo de mucho tiempo”, dijo a Campo en Acción Héctor Motta, presidente del Grupo Motta.

Ponderó que “comenzamos a dar los primeros pasos de alojamiento de aves, producción de huevos fértiles y próximamente producción de pollitos bebe para engorde de carne, esto es un complejo integrado sobre 600 hectáreas de campo y monte, en donde de forma amigable trabajamos justamente cuidando el monte nativo, pero también desarrollando esta empresa que es por demás importante para nosotros en la cadena productiva y también para esta zona que creo que trae un impacto muy muy positivo”.

La denominación de Complejo integrado implica que el proceso desde la fertilización hasta el nacimiento de los pollitos bb parrilleros, se lleva a cabo en sus instalaciones, garantizando estándares de calidad superiores y una trazabilidad rigurosa en cada etapa.

Para Raúl Buthay el emprendimiento “representa un salto tecnológico muy importante para la industria, para Calisa, que es el consumidor de nuestros productos y bueno después de haber trabajado cinco o seis años en este proyecto, estamos en la etapa al final del mismo y con mucha expectativa de que esto exprese la esperanza que hemos tenido para la inversión que se ha realizado”.

Además, como parte del compromiso social, acompañando esta nueva radicación, se construyeron 11 viviendas para el arraigo del personal que presta servicios en el complejo. La construcción de viviendas en comunidades donde Grupo Motta tiene sus plantas productivas es una constante en su política de sustentabilidad, enmarcado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 11), implica garantizar el acceso a viviendas y servicios básicos, contribuyendo así al desarrollo y bienestar de la comunidad.

En relación a bioseguridad y medidas sanitarias aplicadas Mariela Frickel dijo que “evitamos que ingrese cualquier agente patógeno a la granja, cualquier enfermedad. Hicimos de la bioseguridad una cultura, que es un conjunto de conocimientos, de actitudes y comportamientos para que cada persona que trabaja acá sepa lo que tiene que hacer”.

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