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Expertos de INTA participaron del mapeo de la tecnología existente.

 

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Monitoreo de cultivos, conteo de plantas o de ganado, aforadores de cursos de agua y relevamientos topográficos. Estos son algunos de los numerosos usos de los drones en el agro que desde el INTA buscan impulsar para fortalecer la investigación aplicada en la temática. Para esto, crearon la primera red de drones agropecuarios de Latinoamérica.

“Los drones tuvieron un rápido avance en las prestaciones que pueden ofrecer al sector agropecuario, están pasando de un uso complementario a ser una herramienta central para avanzar en eficiencia y precisión”. Así lo aseguró Gabriela Tallarico, quien no dudó en resaltar la multiplicidad de funciones y roles que pueden cumplir: “Desde observar más rápidamente el estado de los cultivos para detectar problemas de siembra o presencia de plagas, a realizar relevamientos topográficos para construir modelos de elevación. También para conteo del ganado, seguimiento y manejo hasta relevar la calidad y cantidad de pastizales y pasturas; o bien para tareas de seguridad o patrullaje del lote”.

Uno de los usos que está creciendo de modo vertiginoso es para la aplicación de fitosanitarios. Los drones pueden hacer aplicaciones más precisas y eficientes, al tiempo que tienen un alto desempeño en zonas de difícil acceso: en cultivos altos o muy densos.

En cuanto a la capacidad de seguimiento y registro detallado, Marcos Montoya -investigador de INTA Mendoza y piloto integrante de la nueva Red- subrayó el rol de los drones como aliados de la producción agropecuaria. “Son herramientas de gran aporte que amplían el alcance, la mirada y el conocimiento del productor, al tiempo que pueden hacer comparaciones para, luego, tomar decisiones puntuales, de manejo de sitio específico”, señaló.

Por su parte, Emanuel Visentini, dio un paso más y aseguró que “esta herramienta potenciará el conocimiento adquirido a fin de vincular las experiencias locales de manera más ordenada con las tareas de integración de datos e información, así como crear protocolos institucionales de control de calidad y validación de los distintos tipos de uso. Además, brindará la posibilidad de generar intercambios sobre modelos comunes para el pre-procesamiento y calibración de la información primaria”.

Tecnología multipropósito

La implementación de drones en el campo cuenta con un amplio rango de prestaciones. De allí la importancia de poder contar con una Red que reúna toda la información disponible al respecto.

Alejandra Casella recalcó la importancia de consolidar una red que sirva de enlace a las actividades de investigación en curso, generar nuevos ejes de ensayos y facilitar el intercambio de conocimiento, así como sistematizar procedimientos de ensayos y toma de datos. “Contar con un marco de red dotará de planificación, gestión y actuación ante las exigencias normativas de la autoridad aeronáutica (ANAC) para el uso correcto de estos instrumentos, poniendo en común las normativas, sistema de gestión del riesgo, y todo aquello inherente al empleo de drones de manera segura”, aseguró Casella.

Facundo Calderón -investigador del INTA Junín, Mendoza, y piloto de la Red- subrayó el múltiple potencial que tienen estas herramientas por parte de los productores: “Pueden sacarles mucho provecho a los drones. Distintas marcas y modelos cuentan con cámaras de diversos tipos que pueden ser utilizados para realizar mapeos del suelo o planimetrías para sistematizar sistemas de riego superficial. También, pueden ser utilizados para la determinar la cobertura vegetal en vid y frutales excesos o déficits de agua y nutrientes, mediante índices de verde construidos a partir de las fotografías obtenidas. Además, hacer estimaciones de la producción o realizar seguimiento fenológico de los cultivos, y monitorear tempranamente plagas y enfermedades, entre otras opciones”.

Así como la multiplicidad de tareas en las que se puede usar un drone, las líneas de trabajo también son numerosas: desde el fenotipado de distintas variedades de algodón a la evaluación de pastizales, o bien la detección temprana de enfermedades en olivo, así como el manejo de bosques nativos con ganadería integrada. Además, los drones aportan en temáticas vinculadas con el clima, para relevamiento de daños por eventos extremos; en agroecosistemas, para el monitoreo y seguimiento remoto de práctica de manejo de cultivos; en comunicación, para producciones audiovisuales, entre otros.

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