La certificación de cítricos que se exportan a la Unión Europea y mercados de similares restricciones cuarentenarias es el tema que preocupa a la Federación Argentina del Citrus y se lo hicieron saber a las autoridades del Senasa. Sucede que por algún momento se sospechó de una posible desinversión al respecto.
El asunto terminó, felizmente, en la firma de un acuerdo que da continuidad al plan operativo de trabajo conjunto que vela por el cumplimiento de las exigencias fitosanitarias establecidas en las normativas de los mercados internacionales para la producción de fruta fresca cítrica, las cuales comprenden la implementación de diferentes medidas obligatorias en las etapas de cultivo, empaque, transporte y punto de salida, con el fin de otorgar la certificación fitosanitaria para la exportación.
Tras asegurar el mantenimiento de las políticas públicas que respaldan la trazabilidad de la fruta, avanzaron en el análisis de las negociaciones para abrir nuevos mercados como los de Estados Unidos (cítricos dulces); Chile (limón) y México (cítricos dulces), entre otros.
Los presentes hicieron también un repaso de la situación actual de la actividad citrícola en la región del NOA y NEA, poniendo énfasis en la importancia de continuar con el trabajo conjunto entre el sector público y privado para fortalecer las exportaciones de estas importantes economías regionales de la Argentina.
La información oficial consigna que durante 2023, el Senasa certificó la exportación de 282.531 toneladas de fruta fresca cítrica a diferentes países de los cuales, 220.913 toneladas correspondió a limones; 35.466 toneladas a naranjas, 25.652 toneladas a mandarinas y 500 toneladas a pomelos. Los principales mercados de destino de estos productos fueron Estados Unidos, Rusia, España, Países Bajos, Paraguay, Italia y Grecia, entre otros.