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Un sector de la industria dice que no hay tiempo para actualizar instalaciones.

 

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Se trata de la medida tomada por el Gobierno nacional de cambiar la histórica comercialización de carne mayorista a través de medias reses, por cortes que no pueden superar los 32 kilos.

La Camya se sumó a las críticas que formuló recientemente la industria frigorífica, que anticipó que es imposible llegar al 1° de noviembre como pretende el Gobierno.

Sin embargo, pese a estos reparos, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca ratificó que a partir de la fecha mencionada se tiene que cambiar el método de comercialización.

 

LAS RAZONES DEL PESIMISMO

“Nuestra cámara apoyó oportunamente a esta iniciativa que apunta a la modernización del consumo, introduciendo mejoras sustanciales en las condiciones laborales de los trabajadores del sector. También advertimos -mediante varias notas a las autoridades- que esta medida no será viable de no solucionarse algunos aspectos sustanciales”, subrayó la Camya, en su editorial mensual firmada por su presidente, Leonardo Rafael.

Esos temas, según expresa textualmente la editorial de Camya, son:

Adecuación de las plantas faenadoras en tiempo y forma. Adecuar las plantas requiere inversiones, tanto en las plantas industriales como en la logística de distribución que impactan en los costos y requieren plazos de amortización razonables. Si son desiguales, ponen en distintas condiciones de competencia a los actores del mercado. Actualmente no se han cumplido las promesas de financiación de las reformas, ya que los bancos dilatan y restringen la oferta de los créditos ofrecidos.

Trazabilidad de los cortes. El 90% de las plantas frigoríficas no cuentan con sistemas informáticos que aseguren la identidad, origen y propiedad de los cortes. En este contexto, el Ministerio de Agricultura no ha reglamentado aún la modalidad de pesada, ubicación de nuevas balanzas y rotulación indispensables para los fines propuestos. La falta de trazabilidad impide la distribución de cortes según demanda, que es uno de los objetivos más importantes del proyecto.

Créditos para adecuación de la logística. Pese las diversas notas, trabajos técnicos presentados y expresiones públicas de CAMyA, las autoridades no tienen ninguna propuesta concreta. A la fecha, seguimos sin contar con suficiente transporte apto para la nueva propuesta.

Implementación de medios mecánicos en la descarga y reglamentación sanitaria del transporte. No se ha reglamentado aún la modalidad de descarga que cumpla con lo reglamentado por las normas laborales, de un modo compatible con la cuestión sanitaria. Avanzar con el cuarteo para cargar, transportar y descargar carne sin cubiertas protectoras sobre las espaldas o brazos de los operarios, introduce más riesgo sanitario que el tradicional comercio de medias reses.

Controles en la distribución y carnicerías y controles en plantas provinciales y municipales. Tanto el transporte como la descarga en carnicerías, en su inmensa mayoría, no tiene ningún tipo de control y no se ha avanzado en esta dirección. El Estado solo controla los frigoríficos del ámbito federal y llevan a cabo acuerdos políticos con algunas provincias, que carecen de base técnica y solo sirven para la foto de ocasión.

 

MÁS CRÍTICAS

“Los matarifes no hemos sido escuchados en el análisis técnico de estas y otras cuestiones referidas al proyecto para implementar el troceo. Tal como está planteado, la implementación de este sistema solo promoverá la concentración en el mercado formal, y al mismo tiempo profundizará el doble estándar sanitario e impositivo en el mercado informal”, continuó Camya.

Por eso, consideró que se facilitará la competencia desleal, porque inevitablemente el sistema “ajustará para abajo” y “actores inescrupulosos del sector, seguramente minoritarios pero con fuerza suficiente para alterar el normal funcionamiento del mercado, buscarán sacar ventaja de este sistema afectando gravemente la actividad y las fuentes de trabajo”.

“Es imposible que se solucionen estos aspectos del proyecto en los plazos previstos. Por lo expuesto, nuestra cámara es sensible y apoya toda medida que apunte a mejorar las condiciones laborales y sanitarias, pero se opone firmemente a esta modalidad de cuarteo obligatorio, que es solo una muestra de voluntarismo con poco sustento técnico”, resumió.

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