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Lo resolvió el arzobispado de Paraná, que difundió un protocolo para la prevención de los abusos sexuales.

En un hecho sin antecedentes en la Iglesia en el país, el arzobispado de Paraná, Entre Ríos, difundió una serie de normas para la prevención de los abusos sexuales en su jurisdicción que incluyen evitar en todo momento el contacto físico con menores o adultos vulnerables y nunca recorrer largas distancias en auto u otro medio a solas. La normativa también prohíbe compartir habitaciones en hoteles, casas u otros lugares. Además, la confesión debe hacerse en lugares y horarios especificados y la puerta de la sacristía debe permanecer siempre abierta.

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Simultáneamente, el arzobispado de Paraná difundió un protocolo sobre los pasos que deben seguirse ante una denuncia o sospecha verosímil de un abuso cometido por un clérigo, religioso, religiosa o laico perteneciente a la institución. En rigor, se trata de una bajada del protocolo general establecido en los últimos años por el Vaticano en la materia y el cumplimiento de la recomendación de la Conferencia Episcopal Argentina para que en cada diócesis del país todos los fieles sepan a qué atenerse ante una denuncia o sospecha verosímil de un abuso.

Entre estas últimas se cuentan el modo de las autoridades religiosas de recibir la denuncia o exponer la sospecha, la eventual separación del acusado, la denuncia ante los organismos competentes del Estado y el inicio del proceso eclesiástico que podría derivar, si el acusado es un clérigo y en caso de ser hallado culpable, en la expulsión del ministerio sacerdotal. También, la asistencia espiritual y psicológica de la víctima, y la precaución de “salvaguardar la buena fama de todas las personas involucradas” durante el proceso.

El arzobispado de Paraná difundió estas normas y el protocolo luego de que en los últimos años se vio sacudido por una serie de denuncias. La más resonante la constituyó el caso del cura Justo José Ilarraz, acusado de haber abusado a comienzos de los ’90 de seminaristas, hechos por los cuáles está siendo juzgado después de muchos años. Se le achaca a las autoridades del arzobispado de la capital entrerriana haber encubierto a Ilarraz y haberlo trasladado a Tucumán.

Entre las normas de prevención también se cuenta la prohibición de “realizar cualquier insinuación, comentario o chiste sexual delante de menores o adultos vulnerables; poseer o exhibir cualquier material sexual o pornográfico; consumir o estar bajo la influencia de alcohol, drogas o utilizar lenguaje vulgar; involucrarse en conductas sexuales secretas o manifiestas, y dar o recibir regalos personales o desproporcionados”.

En cuanto a evitar en todo momento el contacto físico se advierte: “Si es el menor o el adulto vulnerable quien inicia gestos como un abrazo, la respuesta debe ser sobria, breve y apropiada, y siempre en lugares públicos y delante de otras personas”.

Y se señala que “un adulto nunca puede permanecer a solas con un menor o un adulto vulnerable en una habitación o ámbito cerrado. Cuando esto no sea posible, la reunión tendrá lugar con la puerta al menos semiabierta o asegurándose de alguna manera la posibilidad de ser vistos en todo momento”.

La abogada y licenciada en Derecho Canónico María Inés Franck, integrante de la Comisión Arquidiocesana para la Protección de los Menores de Paraná, sostuvo que el objetivo de las normas de prevención y el protocolo ante una denuncia “es cuidar a los niños y que no vuelva a pasar”.

“Son temas muy delicados y es bueno que aquellos que trabajen con menores sepan estas cuestiones de manera simple. Es para que todo adulto sepa qué hacer para prevenir un abuso y ante la sospecha”, explicó en declaraciones a la prensa.

En 2015 la Conferencia Episcopal Argentina había presentado un protocolo a nivel nacional ante una denuncia de abuso contra un clérigo elaborado por la Facultad de Derecho Canónico de la UCA y especialistas en derecho penal y civil y psicología.

Sin embargo, nunca en la Iglesia en el país se habían difundido normas para la prevención como acaba de ocurrir en la arquidiócesis de Paraná. Clarín no obtuvo ningún comentario de la Conferencia Episcopal sobre esta iniciativa.

Pero uno de los artífices del protocolo nacional, el obispo de San Francisco, Sergio Buenanueva, tuiteó este miércoles ante las iniciativas del arzobispado de Paraná: «Las diócesis argentinas van dando pasos claros y firmes en la dirección correcta».

(Clarín)

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