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El Programa de Incremento Exportador producirá la mayor liquidación de divisas de los últimos 10 años, según anticiparon referentes del sector granario.

 

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La medida que aplica un tipo de cambio de 200 pesos por dólar para las exportaciones de soja logró en su primer semana liquidaciones por 2.200 millones de dólares.

El nuevo esquema traerá como resultado al «mejor mes de septiembre de los últimos 10 años» en materia de liquidación de divisas, aseguró el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales, Gustavo Idígoras.

En los primeros cinco días de operatoria, se liquidaron 4,6 millones de toneladas de soja, lo cual arrojó una liquidación de US$ 2.200 millones, cifra que ha superado las expectativas tanto privadas como oficiales.

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señalaron, por su parte, que las ventas incluyen a nuevas operaciones, pesificaciones de contratos pre-existentes y fijaciones de contratos anteriores cuya mercadería fue despachada con anterioridad, pero cuyo precio luego se fija al valor del mes en curso.

Los días donde se produjeron los picos de comercialización de soja fueron el martes y el miércoles pasado, cuando se realizaron negocios por 1.336.570 y 1.009.427 toneladas, respectivamente, entre contratos nuevos y fijaciones.

De esta forma, se superó con holgura la meta de US$ 1.000 millones estimada para los primeros tres días por el Ministerio de Economía.

«Es un número muy elevado porque el mes pasado los productores habían liquidado 1.800.000 toneladas», señaló Idígoras quien, en línea con las cantidades comprometidas con el Gobierno, prevé una liquidación de «cinco millones de toneladas» para este mes.

El dirigente empresario remarcó que la medida trae «un efecto directo al productor» otorgándole «un 50% más de poder de compra para comprar insumos e invertir».

«Antes de la medida el productor recibía $ 50.000 (como promedio por tonelada de soja) y ahora $ 69.000 por lo que, en la práctica, la medida elimina las retenciones al productor», precisó Idígoras.

El beneficio, dispuesto «de manera extraordinaria y transitoria», se extenderá hasta el 30 de septiembre.

«A nosotros nos parece bien que el régimen finalice este mes. Una prórroga podría traer muchos problemas en la comercialización y afectar otras cadenas agrícolas como el maíz», explicó el presidente de Ciara-CEC.

Por su parte, el dirigente consideró que la medida posee luz verde por parte de cámaras de los productores.

«(El ministro de Economía, Sergio) Massa se reunió muchas veces con la Mesa de Enlace, incluso creo que más que nosotros», indicó el titular de Ciara-CEC, quien señaló que si bien esas entidades pretendían que la medida abarcara también «otros cultivos» más allá de la soja, «no la invalidaron».

En la misma línea, para el director ejecutivo de Syngenta, Antonio Aracre, la medida ha sido «sobradamente positiva».

«En sólo una semana prácticamente se liquidó un 40% del objetivo del mes con US$ 2.200 millones de los US$ 5.000 millones que se esperan», remarcó el ejecutivo e indicó que la disposición es un ejemplo de que, «con los incentivos adecuados, se generan los comportamientos adecuados».

Asimismo, Aracre subrayó que el nivel de liquidación «está fortaleciendo las reservas del Banco Central (BCRA)».

«Esto permite que el BCRA siga teniendo la operatividad necesaria para afrontar las importaciones para que la industria no se detenga», afirmó el CEO de Syngenta.

En el caso de su sector, señaló que «agosto fue un mes difícil» respecto de las aprobaciones para importar pero señaló que, «sobre el final, se empezó a notar mayor fluidez».

Al mismo tiempo, sostuvo que los números de la última semana «permiten generar la expectativa para que los dólares financieros no sigan escalando». «Por el contrario, no sólo se han detenido sino que hay una desescalada», añadió Aracre.

Respecto del reciente incremento del BCRA de la tasa mínima de financiamiento a un 120% para los productores de soja que retengan una cosecha superior al 5% de su producción, el CEO de Syngenta criticó que se establezcan «tasas de interés diferenciales por sector» aunque se mostró favorable que la tasa sea «positiva».

«Las tasas de interés para el agro siempre han sido negativas. En momentos donde hay que incentivar la producción eso está bien, pero en medio de una crisis cambiaria como la que viene afrontando Argentina, no podemos darnos ese lujo y tiene que ser positiva», evaluó el ejecutivo.

En tanto, Idígoras descartó que el esquema esté teniendo efectos en los precios del mercado interno y lo desvinculó del reciente incremento en los precios del aceite de girasol, cuyo valor se encuentra subsidiado.

«La verdad no tiene justificación alguna porque este régimen es para la soja. Me parece que las cadenas de comercialización y distribución tienen que retrotraer (los precios) porque no tiene justificación que salgan de fábrica a $ 250 y que en algunos puntos de venta estén a $ 1.000», cuestionó el dirigente.

En ese sentido, señaló que desde Ciara-CEC se han puesto en contacto con la Secretaría de Comercio para que el área conducida por Matías Tombolini disponga las medidas pertinentes.

«Nosotros en su momento planteamos la posibilidad de extender (el «dólar soja») a otros cultivos, pero el Gobierno fue enfático en rechazar esta posibilidad porque cree que se trasladaría a precios internos», indicó Idígoras.

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