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El 9 de mayo de 1967, una mujer de 51 años era operada por el emblemático cardiólogo René Favarolo aplicando, por primera vez en la historia, una técnica que revolucionó la cirugía cardiovascular: el bypass aortocoronario.

El 9 de mayo de 1967, en la ciudad estadounidense de Cleveland, una mujer de 51 años era operada por el emblemático cardiólogo aplicando, por primera vez en la historia, una técnica que revolucionó la cirugía cardiovascular: el bypass aortocoronario, luego considerado uno de los «400 inventos más importantes de la historia de la humanidad» en la plataforma cultural de Google.

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«El bypass cambió la historia de la enfermedad coronaria, mejorando la calidad de vida de los pacientes de esta patología, que es uno de los principales flagelos que tenemos los seres humanos», expresó el jefe de Cirugía Cardiovascular y Torácica de la Fundación Favaloro, Alejandro Bertolotti, ex alumno y colega del reconocido doctor.

El prestigioso cirujano nació el 12 de julio de 1923 en el barrio «El Mondongo» de la ciudad de La Plata y ya desde temprana edad mostró su imperioso deseo de ser médico.

En 1949 se egresó de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata y, al poco tiempo, se fue a Jacinto Arauz, un pequeño pueblo rural de La Pampa, para realizar una suplencia al único médico del pueblo.

El reemplazo, que sería por unos meses, se extendió por 12 años, dejando entrever «un profundo compromiso social» desde temprano.

Luego de esa experiencia, en los años 60, decidió viajar a Cleveland para especializarse en cirugía cardiovascular junto a destacados profesionales de salud de la localidad y fue allí donde Favaloro llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de 1967, en una intervención que resultó «el trabajo fundamental de su carrera».

En 1971 volvió a la Argentina y cuatro años más tarde creó la Fundación Favaloro, donde ya se hicieron «más de 13 mil cirugías cardiovasculares de las cuales el 30% fueron bypass».

«La Fundación trasciende internacionalmente por su altísimo prestigio, excelencia médica e investigaciones científicas que se han sostenido en el tiempo, siempre con el compromiso de seguir luchando por una salud digna para todos», expresó la doctora Favaloro y acerca de su tío agregó: «El mayor legado (que dejó) es el de la honestidad, la solidaridad y la lucha por la dignidad del hombre». (Télam)

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