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Más de una veintena de personas de Paraná sufrieron las estafas de Gabriel Llover. Pagaron hasta $145.000 por piscinas y no aparecía más. Lo localizaron hoy.

Un hombre, con la complicidad de su pareja, cometió numerosas estafas a familias de Paraná que soñaban con tener una pileta en su vivienda. Tras una investigación de la División Robos y Hurtos de la Policía, fue localizado y le encontraron documentación que demostraría que, en nombre de la firma Piscinas Paraná, cobraba mucho dinero a los damnificados y luego desaparecía.

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El procedimiento se realizó este jueves, con la autorización de la jueza de Garantías Elisa Zilli, en una vivienda de calle Díaz Vélez, cuyo dueño estaba por echarlos porque ni siquiera le pagaban el alquiler.

En la causa se reunieron 21 denuncias de personas estafadas que, según detallaron, habían contratado los servicios de Gabriel Llover para construir piscinas en sus viviendas. El hombre era contactado a través de la red social Facebook al perfil “Piscinas Paraná”. El modus operandi era casi siempre el mismo: iba a las casas de cada interesado, firmaban contratos para las respectivas obras y les cobraba un adelanto en efectivo, a veces menor y otras por cifras de seis dígitos. En algunos casos iniciaba las tareas, como algunas excavaciones, y nunca más regresaba; en otros, ni siquiera aparecía para empezarlas. La mujer, Luciana Almada, era quien confeccionaba los documentos y formularios que luego todos firmaban.

En la pesquisa costaba lograr localizar a Llover y su pareja, debido a que se mudaban constantemente de domicilio e iban cambiando los celulares, pero las tareas no cesaron hasta dar con su paradero. Cuando se pudo dar con el domicilio donde estaban residiendo en las últimas semanas, se montaron vigilancias pero ingresaban y egresaban en distintos horarios de esa casa de calle Díaz Vélez.

Se dio la casualidad que al momento en que la Justicia autorizó el allanamiento, el dueño de la vivienda que los buscados alquilaban había llamado al 911 para desalojarlos, porque la situación con los inquilinos se había tornado insoportable. Estaban residiendo en una construcción precaria en el fondo de vivienda de su propiedad, y cuando arribaron los policías al domicilio estaban siendo expulsados: los atraparon en la vereda cargando sus cosas a un flete.

El dueño del lugar les comentó a los investigadores que no quería alquilarles más porque le debían dinero y además estaba cansado de la mala junta que hacían. Incluso, recordó que en reiteradas oportunidades distintas personas lo buscaban a Llover, reclamándole el pago sobre los trabajos relacionados a piletas, e incluso en una ocasión lo fueron a buscar sujetos de gran contextura y armados.

El hombre les permitió el ingreso al domicilio. Arriba de la mesa de la cocina localizaron un teléfono celular, que pertenecería a Almada, y en la habitación de la pareja se halló una carpeta con documentación, por un total de 16 contratos de instalación de piscinas como así también presupuestos de mantenimiento, donde se toma la reserva de dinero por parte de Llover, con anticipos tales como 10.000, 120.000 y 145.000 pesos, e incluso en una oportunidad recibió como parte de pago un auto Ford Falcon equivalente a la suma de 100.000 pesos.

Además se encontraron cuatro libretas de pagaré, un talonario de recibos, folletos varios con la leyenda “Piscinas Gabriel Llover”, fotocopias de documentos a nombre de terceros, una carpeta con dinero, entre otros elementos que fueron secuestrados.

Llover y Almada fueron trasladados a Antecedentes Personales, donde lo revisó un médico policial y quedó luego en libertad, a la espera de la imputación por la estafa.(UNO)

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